Las certificaciones de calidad se incrementaron fuertemente por el auge exportador que experimentan varios rubros industriales, y en los primeros diez meses del año ya se extendieron más de 3 mil sellos ISO 9000, cifras que supera el total de 2002.
Mientras los países desarrollados refuerzan sus barreras paraarancelarias y los compradores exigen cada vez mayores estándares de calidad, los exportadores argentinos se ven crecientemente obligados a certificar sus productos ante los organismos públicos y privados que extienden los sellos.
Según el Organismo Argentino de Acreditación (OAA), que controla y autoriza a los certificadores, entre enero y octubre de este año se extendieron 3.107 sellos ISO 9000, mientras que en 2002 la cifra apenas sobrepasó los 2.500, y en 1999 no había llegado a los 1.500.
"Para un país exportador ya es casi inevitable tener una acreditación seria de sus certificaciones, para darle credibilidad a sus productos y derribar las barreras técnicas que imponen otros países al comercio", dijo la gerente del OAA, Beatriz García.
Los números del organismo -que está integrado por empresas y asociaciones de consumidores, pero funciona en la Secretaría de Industria- indican además que las principales demandantes de ISO 9000 son la industria petrolera y la química, seguidas de cerca por los servicios y la industria metalmecánica.
A nivel mundial casi 600 mil organizaciones poseen la certificación ISO 9000, de las cuales Europa ostenta el 53 por ciento, mientras América del Sur sólo tiene el 2 por ciento, más de la mitad otorgadas en Brasil y cerca de un 20 por ciento en la Argentina.
García explicó que el OAA se ocupa del seguimiento de los laboratorios de certificación, que en muchos casos están instalados en las propias empresas, o que funcionan independientemente, como el Instituto Argentino de Normalización (IRAM), que aprueba la calidad de artículos tan diversos como extinguidores de incendios y preservativos.
Aunque no establece multas, su equipo de especialistas está facultado para quitar la acreditación a los laboratorios, si considera que sus controles son insuficientes.
El titular del OAA, el empresario Higinio Ridolfi, adelantó que en el primer semestre de 2004 el organismo será reconocido oficialmente por las tres entidades que rigen la acreditación de productos a nivel internacional, e indicó que ese aval permitirá extender la validez de los sellos argentinos en todo el mundo.
Ocurre que la emisión de normas se puede transformar en un costo adicional para los empresarios si los compradores no aceptan los certificados del país de origen, tal como les sucede a los productores de varios países sudamericanos, que deben acudir a los sellos brasileños y argentinos.
"Hay acreditaciones transfronteras, en la mayoría de los casos porque los organismos no existen, o son débiles o incipientes", indicó García, pero agregó que "lo más eficiente sería que todo se hiciera en cada país, de manera creíble".
Fuente Telam