Si bien algunos funcionan desde los tiempos de la convertibilidad, es recién a partir de la devaluación que los consorcios de exportación ganan en notoriedad y se multiplican. A las más conocidas experiencias oficiales de la Sepyme, o mixtas como de la Fundación Exportar y BankBoston, se agregan recientes iniciativas de cámaras empresarias. También se dan entre pares de una misma actividad. En todos los casos el objetivo se resume en bajar costos, compartir know how, lograr economías de escala y potenciar sinergias, siguiendo, de alguna forma, la experiencia italiana en la materia.
La necesidad de buscar alternativas a la recesión del mercado interno y la certeza de contar con productos o servicios competitivos, pero reconociendo la dificultad para detectar compradores en el exterior, motorizaron la creación de esta figura asociativa que, además de Pymes, convoca a grandes empresas. Muchos de los grupos organizados por la Sepyme funcionan bajo la protección de la multinacional Dupont, y en poco tiempo más se anunciarán programas similares de gigantes como Techint, Aluar y Petrobrás, entre otras.
"Para la mayoría de las grandes compañías no es negocio exportar más del 50 % de su producción. Por eso se proponen fortalecer la demanda interna a través del desarrollo de sus clientes, o sea procurando que a sus pymes compradoras les vaya bien", afirma Federico Poli, subsecretario Pyme de la Nación.
Servicios
El aporte de la gran empresa a las Pyme tiene amplia cobertura: desde asesoramiento legal, aduanero o bancario y servicios de logística y fletes hasta asistencia en planes de negocios y estudios de mercado. Bajo esta modalidad los consorcios Del Grupo Dupont facturaron US$ 3,9 millones en 2001; 5,4 millones en 2002 y 4,7 millones en el primer semestre de 2003.
El programa que coordinan Fundación Exportar y Fundación BankBoston tiene 6 años de antigüedad y comprende a más de 230 Pymes exportadoras de todo el país repartidas en 30 consorcios. Las cifras son contundentes: entre 1997 y 2002 las exportaciones totales de estos grupos crecieron 64 % y entre 2001 y 2002 el aumento fue del 13 %, y vendieron al exterior por valor de US$ 69,8 millones. Como referencia basta decir que las exportaciones nacionales entre 1990 y 2002 crecieron un 6% anual.
Misiones al exterior combinadas con el aporte logístico de las oficinas comerciales de las embajadas, la participación en ferias y exposiciones, así como el acceso a perfiles de mercado elaboradoras por las representaciones diplomáticas, son algunas de las acciones que ofrece el Programa.
Una oportunidad para salir al mundo
Luego de la devaluación, en Argentina se abrió la oportunidades de alcanzar el sueño de exportar como una posibilidad de salida a tantos años de crisis. La realidad se encargó de demostrar que exportar no es fácil, y menos aun si queremos hacerlo en forma aislada.
Tener un buen producto no alcanza. Hay que invertir en promoverlo, investigar posibles mercados, viajar a ferias o rondas de negocios, mandar muestras y todas aquellas acciones que implican asomarse al mundo del comercio exterior.
Estas acciones, desconocidas para la mayoría de los empresarios, se transformaban en complejas a la hora de hacerlo solo. Así aparecen los consorcios de exportación desarrollados con éxito en países como Italia y España donde las Pymes son el sostén de la economía y han obtenido un modelo que permite a la pequeña y mediana empresa, incluso artesanos, exportar sus productos al mundo.
Fuente Diario La Razón