Los bancos de segundo piso, como el Banco de Inversión y Comercio Exterior (BICE), inyectan recursos financieros en el mercado a través de otros bancos. Es decir, no prestan directamente al público. Es lo que hizo el BICE durante más de 10 años hasta que reformó su estatuto para ingresar de lleno en la plaza de créditos a las firmas del sector privado, hace poco más de un mes. "Como banco de segundo piso el BICE no pasó de tener 50 clientes entre préstamos mediante entidades financieras intermedias y algunas cofinanciaciones. Luego hubo una etapa en la que estuvimos muy activos en fideicomisos financieros para exportación, inversión y capital de trabajo. Ahora actuaremos de forma directa con las empresas", señaló Arnaldo Bocco, presidente del BICE.
-¿Cuál es el modelo de negocios al que apunta el BICE?
-El modelo de institución es nuevo en la historia argentina, un nuevo modelo de banco para el país. Apuntamos a la superespecialización en comercio exterior, buscando liderar el sector de medianas y pequeñas empresas, aprovechando los niveles de productividad y competitividad que está teniendo la economía argentina en el último período. El sector pyme tuvo un fuerte dinamismo en el último año. Un estudio demuestra que en los últimos dos años, respecto de 2001, creció un 44% el número de firmas que están exportando y ése es nuestro nicho de negocios en comercio exterior. Hay cinco años por delante con fuertes cambios en la economía, y el banco quiere acompañar a esas empresas emprendedoras que quieran captar núcleos de mercado.
-¿Se inspiraron en algún banco de desarrollo a la hora de reformar el estatuto?
-No tomamos ningún modelo. Queremos enterrar la experiencia del Banade (Banco Nacional de Desarrollo, cuyo cierre dio origen, en 1992, al BICE) y reactivar experiencias exitosas como la CAF (Corporación Andina de Fomento) en América latina, el Bandes (Banco Nacional de Desarrollo Económico y Social) de Brasil, Corfo (Corporación de Fomento de la Producción) de Chile, y Nafin (Nacional Financiera) o Banamex en el caso de México. En la Argentina hay mucho para aprender de ellos.
-¿Qué necesita la Argentina para crecer y cómo coopera en ello un aumento de las exportaciones?
-La Argentina negociará seguramente su deuda externa privada, y a partir de allí vendrá el despegue. En cinco años se dará una expansión de la economía. Para este año se está hablando de una tasa de crecimiento del 7% -aunque creo que será superior- y una del 7,5% para 2004. Los analistas internacionales se están haciendo eco de esto y hablan de que la Argentina vuelve a tener un crecimiento del 7%. El crecimiento se explica por la recuperación del consumo interno y el aumento de las inversiones que, este año, ronda el 35%, y preveo que en 2004 superará el 45%. Esto indica que el incremento de las exportaciones (superarán los US$ 30.000 millones este año) seguirá en 2004, con nuevos mercados y, seguro, con gran participación de los commodities, pero con una importante recuperación de las manufacturas de origen agropecuario (MOA) y otro 15% de crecimiento de exportaciones no tradicionales.
-Se habla de duplicar las exportaciones en cinco años...
-Nosotros creemos que es un objetivo muy loable, porque aumentará el superávit comercial que generará financiamiento legítimo para las importaciones. Y no lo vemos como algo descabellado, porque va a crecer la producción primaria, tanto de petróleo como de commodities agrícolas, y porque van a crecer las exportaciones de productos no tradicionales y la demanda de nuevos mercados, como los asiáticos: si en 2006 tenemos el Trasandino, el Belgrano y la Hidrovía en funcionamiento, las posibilidades de que el comercio crezca, gracias al desarrollo de infraestructura de transporte, son enormes.
-¿Qué mercados visualiza con mayor potencial de desarrollo?
-Una multiplicidad de mercados. Creo que la Argentina tiene un nicho de negocios inexplotado en toda América latina, un mercado muy fácil para las empresas, donde no hay tantas barreras y los niveles que exigen de producción y calidad son fácilmente cumplibles, y hay financiamiento para ello. Están los mercados andino y centroamericano, que entre ambos suman US$ 50.000 millones, y como la Argentina no es activa en ellos, se lo regalamos a Estados Unidos; China, que puede ser un gran comprador, desde vinos (mosto y vinos finos) hasta prácticamente insumos industriales de todo tipo. Hay más de 450 millones de chinos con ingresos superiores a los US$ 5500, tiene una tasa de crecimiento de 10% promedio en los últimos 10 años y una proyección del 8% en los próximos 10. Luego está India, un mercado sumamente interesante, aún inexplorado; Europa seguirá siendo importante y el mismo ALCA (Area de Libre Comercio de las Américas), si la Argentina avanza de forma firme junto con el Mercosur, puede ser un mercado para diversificar exportaciones.
-¿Debe la Argentina formalizar tratados bilaterales de comercio o debe hacerlo desde el Mercosur?
-México es un caso de tratamiento bilateral. Perú, también. Incluso con Europa, algunos productos se negociaron de forma bilateral. Para los demás, los acuerdos son desde el Mercosur. Eso sí no podemos dormirnos. Brasil avanza, nos superó en carnes y quiere ser un gran exportador agrícola, por lo que no hay que desmerecer la importancia de las exportaciones en la recuperación de la economía.
-¿Cuán competitivas cree que son las empresas argentinas, al margen de los precios relativos?
-Siguen el derrotero de la economía. El rezago de ajuste de la oferta exportable después de la fuerte apreciación cambiaria está entre 12 y 24 meses. Hoy la Argentina está preparada para salir a competir en ese período de tiempo.
-¿Qué consejos le daría al empresario que quiere reorientar su negocio hacia la exportación?
-Que no deje de tener un mix de facturación donde las exportaciones representen el 30% de sus ingresos. Todas las empresas que vi en la década del 90 que trataron de mantener esta proporción con el 1 a 1 son hoy altamente exitosas y están capitalizadas, con cero deuda (siendo industriales) y soportaron la crisis económica. En este contexto de precios relativos favorables, tener un 30% de facturación por exportaciones genera condiciones financieras y de rentabilidad muy importantes.
-¿Será difícil para el empresario pyme acceder al crédito?
-Creo que no. Hay que trabajar sobre las regulaciones del sistema de crédito. Debemos establecer con alguna inteligencia, con el Banco Central, las condiciones de financiación del comercio exterior y ablandar Basilea (condiciones y normativas internacionales a las que se acogen los bancos centrales de los países) para aquellas empresas exportadoras e inversoras, que tienen mercados y pierden oportunidades, e incluir en el análisis la calidad y certificaciones brindadas por el INTI, el INTA, la Fundación ExportAr y los mismos bancos.
-¿Cuál debería ser la participación de las exportaciones argentinas en el PBI?
-Hoy está en 26 o 27% y debería estar en cinco años en el orden del 40%.
-¿Cuándo se normalizará definitivamente el sistema crediticio bancario?
-En un año.
Por Emiliano Galli
Fuente Diario LA NACION
Infraestructura
Ferrocarril Trasandino Central: será el eje de integración Mercosur-Chile para aprovechar la salida al Pacífico y la llegada a los mercados asiáticos y sobre todo a China. La inversión que demanda la obra es de US$ 257 millones, con el BICE como agente financiero. El proyecto se encuentra en la etapa de estudio de prefactibilidad técnica, económica y ambiental, y en proceso de evaluación licitatoria.
Hidrovía Norte: consiste en el desarrollo de la vía navegable que une Santa Fe con Corumbá, en Brasil, e incluye también a Uruguay, Paraguay y Bolivia en el área de influencia de la cuenca del Plata. El proyecto demanda una inversión de US$ 80 millones y ya se está ejecutando el estudio institucional y legal para el pliego licitatorio.
Belgrano Cargas: alrededor de 5072 kilómetros principales y unos 1000 más secundarios conforman el eje del trabajo del BICE en esta red troncal de vital importancia para el desarrollo del norte argentino. La inversión superará los US$ 80 millones. Ya hay un mandato para la reprivatización de la empresa concesionaria.
Otros proyectos: plantas potabilizadoras en la provincia de Buenos Aires ($ 247 millones), un gasoducto en la región central (US$ 35 millones) y el dragado de la cuenca del río Salado (US$ 50 millones) completan la cartera de desarrollo en infraestructura que se propuso el BICE.