El Mercosur y la Unión Europea aprobaron ayer un programa de trabajo conjunto cuya conclusión está prevista para fines de octubre de 2004, cuando ambos bloques esperan firmar el acuerdo de libre comercio que están negociando hace ya siete años. El vicecanciller argentino, Martín Redrado expresó su "satisfacción por el resultado de una reunión, que -indicó- fue la que tuvo más contenidos en el acceso a los mercados de todos los encuentros de los últimos 18 meses". Esta fecha fue acordada por los funcionarios de ambas partes que impulsan las negociaciones: por el Mercosur, entre otros, los cancilleres de Brasil y Uruguay, Celso Amorim y Didier Operti, respectivamente, y el vicecanciller argentino, Martín Redrado.
La UE estuvo representada por Pascal Lamy y Chris Patten, comisarios para Comercio y Relaciones Externas, respectivamente.
El grupo se presentó ante la prensa con un breve texto en la mano, que es precisamente el "programa creíble" (tal como señaló Lamy) que fija cinco rondas de negociaciones a nivel técnico y dos reuniones ministeriales desde ahora hasta octubre del año próximo.
La razón clave por la que el límite máximo para las negociaciones es precisamente octubre del 2004 es que el 31 de ese mes cae el mandato de la Comisión Europea actual, encabezada por Romano Prodi.
Ese momento clave que deberá marcar "el comienzo de la etapa final de las negociaciones", coincidieron Lamy y Patten, será la próxima cumbre UE-América latina, prevista para mayo en Guadalajara.
LAS CONCESIONES
Subrayando un concepto que ya repitió en varias ocasiones, Lamy advirtió que "la UE tiene un solo bolsillo" y por lo tanto no tiene ninguna intención de pagar dos veces, "una a nivel multilateral (en la OMC) y la otra a nivel regional", con el acuerdo con el Mercosur.
Con estas palabras el comisario de la UE se refirió a las inevitables concesiones que Europa deberá hacer con el acuerdo de libre comercio, sobre todo en el siempre sensible tema del acceso a los mercados agrícolas del Viejo Continente.