A partir del 1º de diciembre se exigirá la trazabilidad a los tambores de miel que se destinen a la exportación. La medida que iba a ser implentada a mediados del año que viene tuvo que ser adelantada porque en la Unión Europea (UE) detectaron residuos de medicamentos de uso veterinario (nitrofuranos) prohibidos para la producción apícola en tambores de miel provenientes de Argentina.
Este hecho que pone en riesgo el acceso al mercado europeo a los cargamentos argentinos ocurrió cuando ya había sido colocada el 90% de la producción de la última campaña, por lo tanto no afecto en lo inmediato a la comunidad apícola local. Sin embargo, el sector se mantiene en estado de alerta porque no está del todo seguro que con sólo aplicar un sistema de trazabilidad la UE reciba miel de Argentina. Los productores aseguran que aunque se pueda rastrear el origen del producto si se continúan detectando medicamentos prohibidos el panorama prodría complicarse.
En tanto, distintos representantes de la actividad expresaron su bronca porque la nueva certificación se implemente luego de ocurrido el problema y no como medida preventiva. Desde 1995 la Nación discute con las provincias la aplicación de un sistema de trazabilidad y muchos productores habían confirmado su aceptación hace tiempo.
Santa Fe fue una de las provincias que más interés demostró en la utilización de este sistema porque ya cuenta con su propio esquema de trazabilidad. El Ministerio de Agricultura, Ganadería, Industria y Comercio (Magic) desarrolló una estructura para conocer el origen y la secuencia de procedimientos de obtención del producto.
No obstante, algunos productores seducidos por la alta demanda internacional, luego de que China quedara afuera del mercado europeo, dejaron de tener en cuenta ciertas normas de calidad porque el producto "te lo sacaban de la mano". El año pasado en los cargamentos chinos se detectaron residuos de antibióticos prohibidos.
Argentina y China generan el 60% de la producción mundial. Cuando el año pasado la UE prohibió el ingreso de miel china, los precios internacionales subieron considerablemente, y Argentina aprovechó esta situación para vender más. Desde ese entonces el productor pasó de cobrar 80 centavos de dólar a 2 dólares el kilo de miel. La devaluación ya había favorecido a la actividad y este panorama invitaba a exportar sí o sí. El 95% de la producción local es destinada al mercado internacional. En la campaña 2002/2003 se produjeron 75 mil toneladas de miel.
Las nuevas exigencias
La exportación de productos apícolas, desde el 1º de diciembre, ya sea en forma directa o a través de intermediarios, deberá provenir de salas de extracción inscriptas y habilitadas por el Servicio Nacional de Sanidad y Calidad Agroalimentaria (Senasa) o los Ministerios de Agricultura y Ganadería de aquellas provincias que hayan suscripto convenio. Además, el organismo de control determinó que cada 60 toneladas exportadas es obligatorio el análisis de nitrofuranos.
En Santa Fe hay 50 salas que están esperando a los inspectores para ser habilitadas por el Senasa pero el tiempo apremia y los apicultores se impacientan. Para acelerar el trámite la provincia pidió que se la habilite para realizar las inspecciones, aunque sea de forma provisoria.
El director de Recursos Naturales, Ricardo Biani, indicó que se están realizando charlas con los productores de los distintos departamentos para explicarles cómo va a funcionar el sistema de trazabilidad. En la provincia existen 1.300 productores inscriptos que deberán adecuarse la nueva exigencia.
El funcionario destacó que con esta estructura los productores que utilicen tratamientos de producción doméstica deberán dejar de hacerlo y tendrán que responder a las exigencias planteadas por los organismos nacionales e internacionales en lo que tiene que ver con el tratamiento de plagas o enfermedades.
"Lo grave de toda esta historia es que todos aquellos productores que trabajan bien, que tiene conducta, que se capacitan, fueron nivelados para abajo por esta situación", señaló Biani.
El pasado mes de agosto el Reino Unido emitió un alerta sanitario debido a la detección de nitrofuranos en mieles, entre otros orígenes, de Argentina. Se trata de un grupo de antimicrobianos compuestos por furazolidona, nitrofurazona, furaltadano y nitrofurantina.
Por la nocividad que provocan estos medicamentos en la salud fueron prohibidos en casi todo el mundo para su uso en especies animales cuyo destino sea el consumo humano. En Argentina, el Senasa los prohibió en 1995.
Algunos referentes del sector se arriesgan a decir que el cargamento con nitrofuranos detectado en el Reino Unido pudo haber provenido de Entre Ríos o hasta de China porque, aunque la UE no compre a este país, la miel asiática llega al mercado europeo por triángulación con otros países y uno de los intermediarios podría ser Argentina.
Ante esta situación de emergencia, el Senasa estableció que se deben identificar los tambores con el número de sala de extracción. La Comisión Nacional de Sanidad Apícola emitió un comunicado con una serie de recomendaciones:
- No utilizar bajo ningún concepto productos artesanales o de los cuales se desconoce el origen, el principio activo que contiene o que no se encuentren debidamente etiquetados, dado que son el principal origen de esta sustancia tan peligrosa para la salud y el comercio.
- Utilizar productos aprobados por Senasa respetando la forma de aplicación, las dosis y sobre todo, el período de carencia establecido en el marbete.
- Consultar antes de utilizar un producto con un técnico especialista.
Por Patricia Martino
Fuente Diario La Capital de Rosario