Hoy su Catena Zapata Cosecha '90 -una de sus primeras partidas- cotiza a $ 1.400 la botella y muchos coleccionistas la buscan como una especie en extinción. "Nuestra bodega es más conocida en el exterior que en la Argentina, fundamentalmente por el camino iniciado hace años", afirma José Galante, enólogo a cargo de los vinos de la firma mendocina.
En los primeros ocho meses del año, Catena Zapata logró quedarse con el primer puesto del ránking de exportaciones de vino (medido por facturación), con ventas por unos u$s 10 millones al exterior. La previsión para este año es incrementar los despachos internacionales un 60%, hasta u$s 16 millones. Para ello pondrá sus fichas en Estados Unidos e Inglaterra que conforman la mitad de sus ventas y en abrir los mercados asiáticos de Hong Kong, Japón y Singapur.
Con nombre y apellido
En el segundo puesto del ranking elaborado por El Cronista en base a datos de la Dirección General de Aduanas aparece Trapiche con ventas por u$s 9,4 millones y tercero figura La Agrícola, de la familia Zuccardi, con marcas como Q y Santa Julia y ventas por u$s 5,6 millones. Sin embargo, la atomización del sector hace que las tres primeras compañías del podio sumen sólo 30% del total.
Si bien Catena figura primera, no es la bodega que tiene mejor promedio en los precios exportados de su caja de doce unidades. Cinba, dueña de la bodega Navarro Correas y décima en el ránking, promedia los u$s 62 por caja, mientras Catena se queda con u$s 60,4 por envio.
En los primeros ocho meses del año las exportaciones de vino fino alcanzaron u$s 86,6 millones, casi la misma cifra que durante todo 2002 y un 35% más que en el mismo período del ejercicio anterior. Las posiciones difieren en el terreno de las marcas más exportadas. Trapiche, Norton y Chandon, en ese orden, lideraron las exportaciones de marcas de vinos argentinos (incluidos los espumantes) en el acumulado a agosto y se convirtieron en las etiquetas que más dolarizaron sus ingresos tras la devaluación. Los envíos de esas tres marcas generaron ventas por u$s 12,34 millones en el acumulado anual.
En ese período, unas 593 etiquetas made in Argentina llegaron a 79 destinos. Aunque nadie prefiere admitirlo, el derrotero de la economía argentina también tuvo su impacto en caídas del 15% al 30% en los valores F.O.B (precio en origen) exportados, sobre todo en las bodegas boutique y las que recién ponían un pie en el exterior.
Sin variaciones
Pese a ello no hubo mayores cambios en los destinos de exportación: Estados Unidos con 27% del total, Inglaterra con 20% y Brasil con un creciente 6,8% de participación, fueron los principales objetivos de producción local. En conjunto, se quedaron con el 53,8% del total de los despachos.
"El cliente internacional es muy infiel, por eso necesitamos fortalecer la marca de la Argentina como productora de vinos finos, un camino donde Chile nos lleva varios años de ventaja", comenta el presidente de una bodega. Y agrega: "Esa será la única alternativa para sobrevivir a la depuración del hiperofertado negocio del vino fino".
Las que pelean desde el anonimato
Si bien Catena, Trapiche y La Agrícola, se quedan con el podio de las bodegas que más exportan, existe otro pelotón que debe conformarse con ganar los mercados internacionales desde el anonimato. Un 30% de las 593 etiquetas que se exportan desde la Argentina son marcas blancas, es decir desarrolladas a pedido para los supermercados y cadenas minoristas internacionales, que les colocan sus propias etiquetas. El riesgo de las marcas blancas es que la fidelidad la generan los supermercados con sus clientes y no el productor local de vino, por lo que es un negocio frágil, que suele estar demasiado atado a costos. Cuando la Argentina deje de convenirles económicamente, levantarán y buscarán otro proveedor en los distintos centros productores del mundo. Las cadenas de supermercados británicas Tesco y Asda fueron las primeras en adquirir vino argentino para etiquetarlo como propios.
Fuente El Cronista