Venderle aceite a Brasil, que este año se transformaría en el primer exportador mundial de soja, parece tan difícil como exportar naranjas al Paraguay. Sin embargo, en los supermercados de este país -que cuentan con 70.000 locales y facturan unos 80.000 millones de reales al año- no es extraño encontrar hoy aceite argentino. En Brasil, casi un 90 % del aceite que se comercializa en supermercados es de soja y es producido localmente. El resto del negocio se divide en aceites especiales y el aceite de girasol capta sólo un 6 por ciento.
Pero, como Brasil es un mercado de 170 millones de habitantes, este último segmento del mercado aceitero es por demás atractivo para algunas firmas nacionales, que estuvieron hace unos días en la edición de la feria SIAL Mercosur en esta ciudad para intentar expandir sus negocios. "Existen consumidores que no perciben al aceite de soja como un producto de alta calidad y esto es una oportunidad para nosotros", indicó Diego Salmoyraghi, gerente regional para Brasil de la firma Alimentaria, subsidiaria de Molinos.
La compañía está en el negocio desde 1997, vende entre 6000 y 10.000 toneladas del producto al año y fue "una de las primeras en desarrollar este mercado" con su marca Cocinero, dijo el directivo. Por eso, quiere utilizar la misma marca para vender en este país aceite de oliva, pastas y productos congelados.
También Molino Cañuelas llega con su aceite de girasol envasado a todo Brasil porque logró venderles a las cadenas Zaffari, Unid‹o y Carrefour. Para ello, adaptó al gusto brasileño la presentación de su marca propia de aceite envasado: Cañuelas.
El gerente de exportación del área de aceites de la empresa, Daniel Barbieri, contó a LA NACION que su firma reemplazó el tamaño de envase de un litro, típico en el mercado argentino, por uno de 0,9 litro. Además, se emplearon "los colores de la bandera brasileña" en la etiqueta (verde, azul y amarillo) porque resultaba más atractivo para las amas de casa de este país, según lo estableció un estudio de los consumidores brasileños desarrollado por la propia empresa.
El envase que se comercializa en la Argentina, en cambio, tiene una etiqueta en la que predomina el color naranja. Para vender en los supermercados brasileños de Carrefour, Molino Cañuelas también creó la marca de aceite San Agustín y para la cadena Unid‹o, la marca Valore.
Pese a que hace dos años empezó con el negocio, ya exporta unas 1600 toneladas mensuales de aceite envasado al Brasil, que le reporta US$ 1,1 millón al mes y representa el 15% de su exportación total en este rubro.
También Alimentos y Bebidas Cartellone (ABC) está colocando frutas en conservas, mermelada, salsas y vegetales deshidratados en cadenas de supermercados que venden en Brasil como Carrefour, Wal Mart, P‹o de Açúcar y Sonae. Pese a que la mayoría de los consumidores brasileños no tiene un alto poder adquisitivo, esto se ve compensado por "el gran tamaño del mercado", reconoció Horacio Alvarez, gerente de marketing de alimentos de la empresa.
Otros productos
Molino Cañuelas -que es el principal exportador de harina del país- también le vende este producto a Brasil, tanto a sectores industriales como a panaderías, que absorben el 70% del mercado.
El 30 por ciento restante consiste en la venta de harina a consumidores finales, pero Molino Cañuelas tiene actualmente pocas operaciones en este último segmento "por el efecto de las retenciones", indicó Rubén Papiccio, gerente de exportación para el sector de harinas de la firma.
Molino Cañuelas también espera comenzar a vender próximamente la línea de galletitas 9 de Oro en el sur brasileño, donde los consumidores tienen un gusto similar al argentino.
Por Leandro Uría
Fuente Diario La Nación