Antes de la devaluación, ninguno de ellos exportaba. Pero en diciembre del año pasado, seis PyMEs integrantes de la Cámara de Fabricantes de Ascensores y Componentes (CAFAC) decidieron formar GEA Elevator, un grupo asociativo para llevar sus productos al exterior. "Aprovechamos el plan de fomento BID-UIA y presentamos una propuesta para integrar la misión comercial a México promovida por Cancillería. Viajó uno de nosotros y contactó amas de 10 empresas ascensoristas, de donde elegimos un representante", cuenta Gerardo Venutolo, integrante del grupo y presidente de Adsur, que fabrica máquinas de tracción para ascensores.
Hoy el grupo exporta a México piezas de ascensores por valor de 80.000 dólares mensuales y espera llegar a los 100.000 a fin de año.
"Lo importante es que hayamos podido juntarnos con un objetivo común, que no es fácil. Compartimos los gastos de una gerencia en comercio exterior, para la que hemos contratado una persona. Podemos hacerlo porque no competimos, nuestros productos son complementarios", cuenta Venutolo, que hoy exporta 20% de su producción y espera llegar al 50%.
Una vez por semana se reúnen y comentan la marcha de sus exportaciones y las dificultades que encuentran, tanto las de cada empresa como las del grupo, en un proceso que es un aprendizaje para todos. Decidieron destinar un 0,5% de las ventas para que la oficina de comercio exterior que crearon se autofinancie.
"Es difícil, uno no resuelve tan rápido corno en la propia empresa, hay que someter todo a discusión pero cuando se logra el acuerdo todo se potencia", afirma Venutolo, que explica que, por ejemplo, si un cliente suyo en Ecuador le pide productos que su empresa no fabrica, él lo deriva a las otras firmas del grupo.
Las otras empresas integrantes de la alianza son Coelpla Sudamericana (cables eléctricos), Guillemi&Tentori (ascensores residenciales), Ingeniería Wilcox (Controles electrónicos), Mizzau (puertas automáticas) y Repuestos Aconcagua (botoneras y cerraduras para ascensor).
Su próximo paso será crear una imagen corporativa del grupo y armar una página web para que sus clientes del exterior puedan ver sus productos. "Algunas empresas que todavía no la tenemos vamos a encarar la certificación ISO 9000. Porque cargamos con una mochila pesada: somos argentinos. La primera reacción en México fue de descreimiento. Mostrar una certificación es una forma de vencer ese prejuicio", explica Venutolo.