En unos 30 días el frigorífico Conecar SA, de la ciudad de Las Varillas, en el este de la provincia de Córdoba, realizará el primer embarque para exportar carne de conejo al mercado europeo.
La semana pasada, el establecimiento comenzó a faenar para la exportación, cuyo primer destino es Alemania. De esta forma se cumple el sueño que se inició en 1985 cuando Ovidio Vega (fundador del frigorífico en 1968) comenzó con el proyecto de cunicultura para el mercado interno. La empresa fue continuada por su hija Gabriela junto a su esposo Manuel Pérez Diamante, quienes hoy llevan adelante la nueva etapa con apoyo de la Municipalidad de Las Varillas y del Gobierno provincia. En este caso con créditos que financiaron mejoras y ampliación de la planta.
La oportunidad de exportar se potenció con el salto cambiario de 2002. Hasta entonces sólo un frigorífico de la provincia de Buenos Aires estaba habilitado para la exportación.
Ahora se sumaron otros cuatro en esa provincia y la planta de Las Varillas. El establecimiento del este cordobés logró en marzo la habilitación del Senasa para exportar, pero recién en los primeros días de agosto recibió el visto bueno de la Unión Europea, el principal mercado consumidor. “Podríamos haber apuntado antes al Mercosur, pero es un mercado muy reducido. Por eso preferimos direccionarnos a Europa”, señaló Pérez Diamante.
Italia, con seis kilos per cápita al año es el principal consumidor mundial. Sólo importa el uno o dos por ciento, pero es suficiente para una producción como la argentina, que podría exportar un contenedor por semana sólo a ese destino. Le siguen países como España, Alemania y Francia.
Si hay un desarrollo del comercio exterior, el mercado interno (que nunca estuvo muy desarrollado) puede quedar bastante desabastecido, con precios en ascenso. Hoy en los supermercados se cobra entre ocho y 10 pesos el kilo (en Buenos Aires incluso es más caro) y esto no está muy ajustado al bolsillo del consumidor local.
La primera experiencia
El primer embarque del frigorífico varillense será de un contenedor de 15 toneladas de conejo trozado para Alemania, y ya está comprometido otro a Italia. “La demanda no nos falta”, dice Pérez Diamante. El frigorífico estará en condiciones de duplicar su actual dotación de 15 empleados.
El punto a resolver es que todavía la producción no está desarrollada en cantidades suficientes para exportar con mayor regularidad. Con la faena prevista de tres mil conejos por semana, en 40 días se puede completar un contenedor de 15 toneladas. “Esto es lo mínimo que tenemos que procesar, pero pensamos ir aumentando la producción para consolidar los embarques”, agregó el industrial.
La capacidad de faena de dos mil animales por día excede largamente los mil conejos semanales que se venían procesando en la planta para el tráfico nacional y los tres mil por semana que se destinarán a la exportación.
La primera experiencia se está realizando con parte de la producción de la granja de Conecar (alrededor de un 10 por ciento del total) y con animales suministrados por más de 100 productores de la región (en Córdoba y Santa Fe) que trabajan desde hace tiempo con este frigorífico. Además, se agregaron establecimientos de La Pampa y Buenos Aires. Los interesados provienen de todo el país, sobre todo de Cuyo por razones de distancia y fletes.
El frigorífico paga 3,5 pesos por kilo vivo y recibe conejos de razas carniceras (neocelandés o californiano, o sus variantes híbridas). Más recientemente se están desarrollando animales de la raza Rex, que es doble propósito (piel y carne).
El peso de los animales terminados debe oscilar entre 2,5 y tres kilos, lo que corresponde a un conejo de 80 a 90 días, aproximadamente.
Un gran cuello de botella son los fletes: las distancias son grandes y la escala de producción en el país es, generalmente, pequeña o mediana por lo que los costos de traslado por poca cantidad de animales se hacen muy onerosos.
Para una unidad económica hoy el productor debe pensar en unas 200 madres (lo cual no es alcanzado por todos). En Córdoba como en otras provincias hay un gran auge de la actividad cunícola y, en general, de buena calidad. El problema es la escala pero, para esto la solución es agruparse entre varios productores, aconseja Pérez Diamante: “Se necesitan juntar entre 200 o 300 conejos, como mínimo, para que el costo del flete no sea prohibitivo, pero tranquilamente se pueden transportar hasta mil animales”.
Por Paula Martínez
Fuente La Voz del Interior