La mega devaluación del peso que significó el aumento nominal de la paridad cambiaria en un 195% y real neta de retenciones superior a un 35% no permitió mejorar la “calidad” del comercio exterior argentino, en particular en lo que respecta a las exportaciones, donde se observa al cierre del primer semestre de 2003 una mayor participación de la producción primaria en detrimento de los bienes con alto valor agregado.
Sin embargo, no todas parecen “malas”. El “monitoreo de comercio exterior” que mes a mes realiza el Centro de Estudios de la Producción (CEP), dependiente de la Secretaría de Industria, permitió detectar en dicho período una descollante performance de las Pyme.
Frente a un crecimiento de los despachos al exterior en un 16,1% interanual los microemprendedores lograron expandir sus colocaciones en el resto del mundo en un promedio superior a un 80% interanual.
El caso más destacable, pese a las severas restricciones que mantuvo en el semestre el mercado crediticio doméstico y la limitación que impuso el enfriamiento de la economía brasileña, fue el de los microexportadores, los cuales en conjunto elevaron sus negocios en un 244% interanual en el primer trimestre y en un 221% en el segundo. Este sector comprende a quienes despacharon entre 2000 y 2002 entre u$s10.000 y 20.000, promedio anual.
Les siguieron de cerca los pequeños, que exportaban una media entre u$s20.000 y 100.000 en el trienio precedente, al registrar aumentos de 74% en los primeros tres meses de 2003 y 43% en el segundo, en comparación con un año antes.
A medida que el volumen de operaciones es más grande, se advierte un marcado achicamiento del ritmo de crecimiento, ya que se recortó a 19 y 30 en el período de marras para el caso de los “medianos chicos” emprendedores, con volumen de exportaciones entre u$s100.000 y 400.000, y más aún en el caso de los medianos, que transan entre u$s400.000 y 3 M, que con un modesto 5% en el primer trimestre y 2,4% en el segundo, fue el único segmento de las Pyme que no pudo superar la limitada expansión que lograron las grandes empresas: 11,8% entre enero y marzo y 15,3% entre abril y junio, respecto de un año atrás.
Pocos nuevos actores
Destaca el trabajo del CEP que “si bien el aumento de los montos exportados confirman que el conjunto de las Pyme exportadoras -una vez superada la crisis- ha logrado entrar en un claro sendero de expansión, aún en términos macroeconómicos el volumen de negocios es marginal” y la incorporación de empresas a este segmento de los negocios ha sido sensiblemente menor al crecimiento del volumen comercializado.
De ahí que el desafío que se le presenta a las autoridades es activar los mecanismos financieros y comerciales para posibilitar que este sector se convierta en un actor de peso en las ventas al exterior y posibilite revertir el cuadro de “primarización” de las exportaciones, muy dependiente del ciclo de los commodities.
Mientras que en el primer semestre de 2002 la participación de los envíos al exterior de productos primarios y manufacturas de origen agropecuario representaban un 53,4% del total, y el resto se repartía entre otros productos industriales con 29,8% y energía y combustibles 16,7%, un año después esas relaciones pasaron a 58,4, 24,9 y 16,6%, respectivamente.
Con todo, resulta auspicioso que las Pyme hayan podido ganar participación en el comercio exterior argentino, tanto a través del volumen de operaciones de quienes ya estaban en el mercado, como de la incorporación de nuevos actores, pese a las restricciones que presenta el mercado crediticio, tanto interno -por la demora en resolver el gobierno y el Congreso las compensaciones a los bancos-, como externo -por la imposibilidad de acceder a líneas de prefinanciación mientras la Argentina no salga del estado de default, juntamente con la recesión que afecta a Brasil.
Fuente Diario InfoBae