La frutilla de Tucumán vive un año especial. Favorecido por los cambios en la economía tras la devaluación, este sector propició en la actual campaña un importante crecimiento en su superficie cultivada, estimado en un 52% respecto del año pasado, con vistas a exportar gran parte de su producción. Es así como de un área con frutillas de 230 hectáreas en la zona de Lules cultivadas en 2002, este año se pasó a 350 hectáreas (más otras 30 hectáreas en los Valles Calchaquíes), según informó la especialista del INTA Famaillá Ana María Bórquez.
De una producción de 7.000 toneladas de frutillas obtenidas el año pasado, se espera que en la presente temporada se produzcan unas 10.000 toneladas, de las cuales un 60% se destinará a la exportación. El director del INTA Famaillá, Néstor Zamudio, estimó que el sector generará este año casi $ 20 millones, un 30% más que en la campaña anterior. Fuentes empresarias calcularon un ingreso este año de $ 27 millones. Bórquez explicó que el fuerte incremento de la superficie cultivada con frutillas se debió a las interesantes expectativas que brinda la exportación.
Un productor, de 60 hectáreas, se extendió a 110 hectáreas. Muchos pequeños y medianos frutilleros también se animaron a mejorar sus volúmenes de producción, tentados por las buenas perspectivas para la actividad.
“La exportación fuerte aún no comenzó; se estima que se iniciará a mediados de este mes”, indicó Bórquez. El sector frutillero de Tucumán vende al exterior fruta congelada, en varios sistemas según la calidad de la fruta. Especialmente exportan los grandes productores, ya que los medianos y chicos todavía no están en condiciones de realizar estos negocios. “Los mercados externos son muy exigentes en cuanto a las calidades. Hacen especial hincapié en la trazabilidad, y quieren conocer cada paso en el proceso productivo”, apuntó la experta.
Los plantines
En la provincia se cultiva con plantines provenientes de Esquel (Chubut) y de Tafí del Valle. Los primeros son más productivos que los segundos, que se caracterizan por su precocidad. Estos están listos antes para la cosecha, pero brindan menores rendimientos. Son usados especialmente por los productores de menor envergadura.
Estas frutillas generalmente se venden en junio (son primicia) y obtienen altos precios, aunque no se destinan a la exportación. Al igual que ocurrió en 2002, este año el precio de la frutilla se presenta favorable. Desde que se inició la cosecha en junio, los valores al público oscilaron entre los $ 4,50 y $ 1,80 el kilo, para luego ubicarse en $ 2,50. Ahora se venden a unos $ 3,50 el kilo, según Bórquez.
Fuente Diario La Gaceta