En los últimos 10 años la Región Patagónica Protegida se constituyó en la mayor productora y exportadora de cebolla del país, ya que contribuye con el 85 por ciento de los embarques. En esta temporada se exportaron 160.918 toneladas desde esta zona. De esta cantidad, el 90 por ciento procede de los partidos de Villarino y Patagones, en la provincia de Buenos Aires. Brasil es el principal comprador, ya que entre el 72 y el 85 por ciento de lo exportado tiene ese destino. Los volúmenes embarcados en 2003 hasta el 30 de junio ascendieron a 127.532 toneladas, un 35,5 por ciento más que en la campaña anterior, aunque todavía continúa la comercialización a ritmo lento.
Otros destinos importantes son Bélgica, Alemania, Holanda e Inglaterra. Desde 1999 los envíos a Europa han aumentado un 16,8 por ciento, alcanzándose este año 32.578 toneladas. En tanto, este año se volvió a exportar cebolla a Puerto Rico y los Estados Unidos.
Como contrapartida, en lo que va del año no se registraron envíos a Uruguay, mercado que llevaba entre 5000 y 6000 toneladas anuales.
La mayor superficie
La región abarca íntegramente las provincias de Neuquén, Río Negro, Chubut, Santa Cruz y Tierra del Fuego, los partidos bonaerenses de Villarino y Patagones y las secciones XXIV y XXV del departamento de Puelén y la sección V de Caleu Caleu, en La Pampa. Representa el 56 por ciento de la superficie cultivada con cebolla. La hortaliza cebolla también se cultiva en Mendoza y San Juan (el 31 por ciento de la superficie), y en Santiago del Estero, Catamarca, Salta y Córdoba (el 13 por ciento restante).
Debido a que la zona sur concentra la mayor producción del país, el Senasa delegó en la Fundación Barrera Zoofitosanitaria Patagónica (Funbapa) las tareas de fiscalización, en virtud de que en 1999 la Secretaría de Agricultura, Ganadería, Pesca y Alimentos (Sagpya) estableció la obligatoriedad de la certificación en origen de la cebolla que se exporte, atendiendo la solicitud de distintas asociaciones vinculadas con el rubro.
Así nació el programa de certificación de cebolla fresca para exportación en origen que funciona en la región, cuyo objetivo es garantizar la sanidad y calidad de la cebolla para exportación e identificar su origen.
Alrededor del 96 por ciento de la cebolla exportada de la región patagónica corresponde a la variedad Valcatorce INTA. Sin embargo, en los últimos años se observa una leve tendencia hacia la diversificación en cuanto a variedades e híbridos de diferentes colores, tamaños, épocas de cosecha y con mejor comportamiento ante determinadas enfermedades provocadas por hongos del suelo.
Exportación y consumo
La cebolla es, en volumen, la principal hortaliza exportada por la Argentina, representando el 35% de las ventas hortícolas al exterior.
Según la Oficina de Comercio Exterior del Servicio Nacional de Sanidad y Calidad Agroalimentaria (Senasa), hasta el 31 de mayo el monto por el volumen exportado en lo que va del año, expresado en precio FOB, alcanza los US$ 24.311.000.
El mercado interno es totalmente abastecido por la producción nacional. De febrero a agosto, con cebolla tipo valenciana proveniente de la Región Protegida y de Cuyo, y de septiembre a enero por valencianita, producida en Santiago del Estero y San Juan.
Aproximadamente entre 124.000 y 150.000 toneladas egresan de la Región Protegida para abastecer otras zonas del país, siendo la provincia de Buenos Aires la plaza más importante.
Si bien el consumo de cebolla por habitante en la Argentina se mantuvo en los últimos años, es posible aumentarlo, porque su ingesta está asociada con la reducción de lípidos en sangre, el colesterol y la actividad antiplaquetaria, factores que contribuyen a disminuir los riesgos de padecer enfermedades cardiovasculares y ciertos tipos de cáncer.
Perspectivas
En el último foro de perspectivas agropecuarias 2003 realizado en Buenos Aires, los hombres del sector sostuvieron que para conservar nuestros actuales clientes y conquistar nuevos en un contexto cada vez más exigente y competitivo es necesario aumentar los rendimientos, disminuir los costos, diversificar la oferta de variedades y mejorar la calidad, diferenciando productos mediante la implementación de Buenas Prácticas Agrícolas y de Manufactura, la adopción de nuevos sistemas productivos, como la producción orgánica o la integrada, entre otras.
En esa oportunidad se enunció la necesidad del trabajo conjunto de todos los actores: productores, exportadores, organismos públicos y privados, para potenciar y proteger la producción y comercialización de cebolla, principal fuente de ingresos y de generación de trabajo.
Fuente Diario La Nación