Las pymes de software, especialistas en exportar
Estiman que la venta de programas al exterior aportara Us$ 300 millones en 2004.
Más flexibles, las firmas de programación chicas están vendiendo en mercados como EE.UU., España y hasta Rusia. Los casos exitosos. Tres años atrás, María Laura Palacios habría respondido otra cosa. Eso es seguro. Que al dólar lo dejen uno a uno, habría dicho. Y mientras más barato esté, mejor. Sin embargo, el tiempo pasa. Y lo que antes era una afirmación sólida como una muralla, hoy apenas flota en el aire con la textura difusa de un recuerdo.
"Ahora nos matan. Si el dólar sigue bajando, nos va a costar mucho más seguir en Brasil; no nos conviene que esté tan caído", explica, se da cuenta de lo que acaba de decir y sonríe. Claro, hace tres años la historia era otra. Y, aunque desde la devaluación muchos de los grandes productores locales de materias primas se están beneficiando con el dólar alto conforme aumentan sus exportaciones, Codes, la empresa que dirige Palacios, no produce ni soja, ni carnes, ni aceite.
Codes (Consultoría y Desarrollo de Sistemas) es una PyME local que desarrolla software y soluciones informáticas y, desde hace un año, está logrando insertarse en el mercado internacional con sus dos productos estrella: “Audicall” (software para el monitoreo de Call Center) y “NetFollower” (herramienta para el manejo de Contactos (CRM)).
"Con la devaluación, nuestra facturación cayó muy fuerte", dice Palacios. "Es que estábamos enfocados 100% en el mercado local. Por eso, ahora aspiramos a facturar un 20% local y un 80% en el exterior. Y si cerramos las operaciones con México, podemos llegar a este nivel. Es que la dimensión de los negocios afuera se multiplica por cinco".
También antes de la devaluación Codes ocupaba el 80% de su actividad en consultoría, y aún no había desarrollado los productos que hoy le permiten coquetear con el mercado internacional. "Hoy tenemos un 50% de consultoría y manpower y 50% de desarrollo", dice Roberto French, gerente comercial de la firma.
¿Invertir para desarrollar software en la Argentina? Aunque parezca ciencia ficción, el ejemplo de Codes no es un caso aislado. Según Jorge Casino, presidente de la Cámara de Empresas de Tecnología de la Argentina (CESSI): "Las exportaciones de software están en aumento. Exportan mucho las empresas más pequeñas, pero también lo hacen Microsoft, Oracle y Nobel, dentro de la modalidad intercompany".
Para la CESSI, las ventas de software al exterior en 2002 tocaron los 200 millones de dólares, una cifra récord que duplica los números de 2000. "Ya para 2004 y 2005 creemos que vamos a trepar hasta los 300 millones", se entusiasma Casino. Claro que todo depende del color del cristal con que se mire. Un informe de CEPAL asegura que las exportaciones argentinas de software en 2002 apenas llegaron a 70 millones de dólares.
Un dato curioso para ambas instituciones es que la mayor parte de las empresas que empezaron a golpear a las puertas del mercado externo (y hay cerca de 400 PyMEs productoras de software en la Argentina en condiciones de hacerlo) son entre pequeñas y muy pequeñas. Pocas, por ejemplo, superan el millón y medio de pesos de facturación anual.
"Las grandes empresas locales también están tratando de salir a exportar", ataja Andrés López de la fundación Cenit. "Pero para hacerlo se requiere de una dosis de ''entrepreneurship'', y una cierta flexibilidad. Por eso, muchas de las empresas que ahora exportan están formadas por profesionales muy jóvenes, con un claro patrón de especialización".
¿India, Israel o Irlanda?
Casino asegura que el primer camino que recorrieron estas exportadoras de soft fue el del la confección a pedido. "Con el dólar tan caro, llegaban empresas a buscar profesionales que les desarrollaran software a medida", explica. Esto es, según él, un fenómeno que, en la jerga, se conoce como "software factoring". "Hay, incluso, empresas que trabajan desde acá con SAP, JD Edwards y Oracle, que son grandes jugadores en el mercado internacional de tecnología", agrega.
Ar Consortium, un grupo de cinco empresas de software nacionales (TGV, LeviMinond, Tesis Oys, Enigmatic y Scarpa y Asociados), trabaja bajo esta modalidad.
"Empezamos a hacerlo en mayo de 2002", recuerda José María Scarpa, uno de los directores del consorcio. "Y aunque las cosas no son fáciles, ya estamos siendo evaluados por 10 clientes de los Estados Unidos y Europa, sobre todo por consultoras que tercerizan la construcción y el testeo. Es como en la moda. Los italianos diseñan, pero no hacen la confección, eso lo dejan para Tailandia. Nosotros somos la Tailandia del software. Pero hay buenas perspectivas de empezar a producir mejor".
Claro que, después de que esta modalidad se popularizase, varias empresas empezaron a buscar insertar sus propios desarrollos en mercados más abiertos que el argentino. iLatina, por ejemplo, logró con éxito exportar su ERP a Bolivia y... ¡Rusia!
"LABS, nuestro ''enterprise resource planner'' (ERP) es una herramienta que permite que todo el papelerío y las transacciones que se realizan dentro de una empresa circulen bajo un sistema unificado", detalla Gustavo Minaudo, CEO de iLatina. "El producto se paga como una suscripción y la diferencia de costos con los jugadores grandes es enorme", dice Minaudo.
No son pocas las empresas que, desde la Argentina, están ofreciendo servicios similares para los nichos más variados. Autológica, por ejemplo, se especializa en concesionarias de autos.
"Nosotros ofrecemos un Dealer Management Systems (DMS), que es un programa que resuelve los problemas particulares de un concesionario de vehículos, como el manejo de un taller, la venta de unidades nuevas y usadas, y la administración de planes de ahorro", detalla Alfredo McClymont, director de la compañía.
"Tenemos un producto base, Autológica, al que podemos modificar a pedido de nuestros clientes: fábricas, importadores y concesionarios de automotores, maquinaria agrícola y de construcción. Hace unos meses empezamos a enfocarnos en el exterior, y este mes vienen a estudiar acuerdos con nosotros los representantes de dos empresas de EE.UU. y Sudáfrica"
El factor coyuntural para este incremento en el interés de algunas empresas pareciera ser la devaluación, sumada además al reconocimiento de la capacidad técnica de la industria local y sus recursos humanos.
"Creo que el tema de la exportación de soft cobró vigor con la devaluación", confirma el consultor Enrique Carrier. "Esta diferencia de cambio produjo un atractivo que antes no estaba, pero en esta industria es claro que el camino es la exportación, aunque no está claro con qué dirección". Carrier asegura que es posible posicionarse como la India, con chicos que producen soft por bajos salarios. Aunque otra cosa sería vender productos desarrollados localmente (como los israelíes). O constituirse como un centro regional adaptando el soft de empresas internacionales (como Irlanda). Y concluye: "Las tres estrategias son viables, pero hay que definirse lo antes posible".
Por Pablo Calvi
Fuente Diario Clarín