De acuerdo con los sondeos realizados tanto con fabricantes como con comerciantes, el sector de la marroquinería, ropa de cuero y talabartería se encuentra en un proceso de recuperación sustentado sobre tres pilares: la sustitución de importaciones, el aumento de las exportaciones y las ventas al turismo. e acuerdo con los sondeos realizados tanto con fabricantes como con comerciantes, el sector de la marroquinería, ropa de cuero y talabartería se encuentra en un proceso de recuperación sustentado sobre tres pilares: la sustitución de importaciones, el aumento de las exportaciones y las ventas al turismo.
Para que esa incipiente recuperación se transforme en tendencia es necesario asegurar reglas claras y permanentes hacia el mediano plazo, que posibilitarían la generación de miles de puestos de trabajo genuinos y sustentables en el tiempo.
Siempre se dijo que el cuero argentino es un producto valorado en el mundo. Junto al tango, el bife de chorizo y el fútbol, entre otros, es uno de los íconos que recuerdan a Argentina en el imaginario de cualquier extranjero. Sin embargo, sucesivos planes económicos que atentaron contra la industria hicieron que el sector de las manufacturas de cuero y rubros afines haya pasado durante los últimos diez años la crisis más grande de su historia.
Luego de la salida de la convertibilidad, y pese a los problemas que los fabricantes deben afrontar a diario (como la falta de crédito, la dolarización de los insumos principales, y la falta reglas de juego claras que permitan invertir pensando en el mediano plazo), se observa una recuperación en todas las líneas de la cadena de producción. Los proveedores de insumos están haciendo esfuerzos por adaptarse rápidamente al aumento de la demanda y proveer a los fabricantes en cantidad y calidad adecuadas. Los fabricantes de artículos de baja y media gama están reemplazando con velocidad, calidad y precio, a los productos importados, y ya son muchas las marcas que desarrollan sus nuevas colecciones con empresas locales. Los productores de artículos de cuero de gama media y alta están abasteciendo la demanda del turismo, a la vez de aumentar sus exportaciones en el caso de firmas que ya exportaban, y haciendo sus primeras ventas las que aún no lo habían hecho.
Es interesante destacar que la salida de la convertibilidad encontró al sector con una capacidad ociosa de alrededor del 70%, factor que sumado a que por características propias no requiere de largos procesos para la toma de decisiones, nos hace pensar que la primer etapa de recuperación se puede dar en forma rápida y con baja inversión en tecnología. No así en capital de trabajo, ya que las condiciones del mercado hacen que hoy se trabaje sólo de contado, lo cual está frenando el crecimiento. Justo es decir que, al haber sido tan fuerte la caída durante la convertibilidad, pasará algún tiempo hasta que las empresas den vuelta el atraso que tenían en su estructura financiera.
De todos modos, y en caso de ser necesario, la inversión por puesto de trabajo es relativamente baja, pudiéndose estimar hoy en U$S 8.000. Este dato hace pensar que, de mantenerse la tendencia, no sólo los fabricantes que pudieron sortear el plan de convertibilidad se verán favorecidos sino que también los que habían dejado de fabricar, ya sea porque se cayeron o se dedicaron a importar, se irán volcando nuevamente a la fabricación, con la consiguiente generación de fuentes de trabajo.
Nuestro país es un gran productor y exportador de cueros. Y al no comercializarlos como manufactura final está perdiendo una gran generación de riqueza. En los últimos 25 anos hubo un progreso al pasar de exportar una gran mayoría de los cueros en su estado wet-blue a exportar la mayoría en procesos industriales intermedios, con la consiguiente generación de divisas y puestos de trabajo.
Pero falta pegar el gran salto, el que transformaría totalmente al sector en 10 años. Estamos hablando de más de 100.000 puestos de trabajo y 3.000 millones de dólares.
¿Qué hace falta para potenciar esta recuperación y generar una tendencia de largo plazo?
Veamos:
· Promover la marca "Manufactura de Cuero Argentino" con una fuerte política de inserción en los mercados externos, con presencia en los eventos internacionales más importantes del sector y en las revistas especializadas. También coordinando con el sector ligado al turismo en nuestro país. Argentina debe volver a formar parte de la oferta mundial de manufacturas de cuero como sinónimo de calidad, diseño, seriedad y servicio. Generar un fondo con aportes mixtos privado/público para garantizar la continuidad del plan a mediano plazo. La parte privada debe surgir de la propia cadena de valor del cuero.
· Otorgar créditos a tasas internacionales para las empresas exportadoras, con la garantía de la operación con el exterior y sin entrar en largos trámites burocráticos.
· Trabajar codo a codo con la Cancillería para lograr las mejores condiciones posibles para el ingreso de nuestros productos a los diferentes mercados. Eficientizar el trabajo de las consejerías comerciales para lograr una mejor promoción de nuestros productos y en el apoyo a los empresarios que salgan al exterior.
· Dar claridad desde los partidos políticos y desde las diferentes fundaciones económicas que trabajan con ellos en el sentido de que se mantendrá una paridad lógica de nuestra moneda en el mediano y largo plazo, no volviendo a experimentos forzados como el de la convertibilidad, que mantenían artificialmente una paridad superaba, sostenida sólo en el endeudamiento público y en la venta de los activos.
· Lograr un tratamiento impositivo especial a las empresas de menos de 10 empleados. Imitando, por ejemplo, lo que se hizo en Italia con el "artesanato italiano".
· Facilitar la contratación de nuevos empleados para las empresas que aumenten su dotación de personal durante lo que se llamaría "periodo de recuperación productiva", estimado hasta el 31 de diciembre de 2004, eliminando la carga impositiva y minimizando los costos indemnizatorios para esos nuevos empleos y durante ese periodo.
· Ponerle fecha de finalización a los derechos de exportación para productos manufacturados, dando de esta forma un escalonamiento adecuado dentro de la cadena de valor con respecto al cuero en sus diferentes etapas anteriores de industrialización. El costo fiscal de esta medida es muy bajo, ya que se trata sólo de bienes finales manufacturados de alto valor agregado.
· Mantener los reintegros a la exportación y no gravarlos con impuesto a las ganancias, ya que estos equivalen a una devolución de impuestos internos y no a un subsidio.
· Promover la integración empresaria tanto en forma vertical como horizontal.
· Promover desde la industria la incorporación del diseño a la estructura de valor y de producción. Articular junto al Estado y a las universidades este cambio cultural.
· Crear una escuela de las manufacturas de cuero para capacitar al personal previamente al ingreso a las fábricas.
Sabemos que es una tarea difícil, pero tal vez esta crisis sea la gran oportunidad para que, de una vez por todas, los argentinos (empresarios, trabajadores y el Estado) demostremos que si se nos dan las condiciones y el tiempo de desarrollo adecuados podemos ser tan eficientes, creativos y emprendedores como los habitantes de cualquier país desarrollado del mundo.
"Podemos aumentar un 50% nuestras exportaciones"
El presidente de la Cámara Industrial de las Manufacturas del Cuero y Afines de la República Argentina (CIMA), Marcelo Szarfmeser, aseguró que su sector inició una "recuperación sostenida" a partir de mayo de 2002, tanto en el mercado interno como el externo. Y estimó que "con este ritmo podemos aumentar un 50% anual nuestras exportaciones".
Al disertar en la Conferencia Industrial de la UIA, Szarfmeser enfatizó que con un "fuerte shock exportador se podrían generar 15 mil empleos en tres años, aprovechando nuestra riqueza natural: el cuero". Y para ello propuso hacer "marketing en el exterior para imponer la marca ‘Cuero Argentinoí, como existe, por ejemplo, con el café de Colombia, el chocolate suizo o la lana inglesa".
"Es necesario implementar, desde el Estado, políticas arancelarias e impositivas que fomenten a los sectores con mayor valor agregado", añadió. Y en ese sentido, el presidente de CIMA manifestó que "para crecer necesitamos apoyarnos fuertemente en las exportaciones, aprovechando la coyuntura de tipo de cambio".
Szarfmeser pronosticó que en cinco años se podrían generar más de 40 mil nuevos empleos "si se integra una cadena de valor que fortalezca los últimos eslabones".
Vale recordar que el sector de las manufacturas de cuero involucra a los fabricantes de marroquinería, ropa de cuero y talabartería, pequeñas y medianas empresas que exportan actualmente alrededor de 50 millones de dólares anuales, a lo que hay que agregar la actividad habitual del mercado interno.
Fuente: Revista Mundo Textil Nro. 6