Según un estudio de la Fundación Okita, la región genera una demanda compatible con la capacidad exportadora de la Argentina.
Desde hace décadas el este asiático es la zona más expansiva del mercado mundial. Pero ni el Estado ni el sector privado argentinos tomaron debida nota de ese fenómeno, por lo cual las ventas locales a la región son escasas y muy concentradas en unos pocos productos. Una serie de estudios promovidos por la Fundación Okita y recientemente presentados proporcionan informaciones y análisis sobre este problema y ensayan propuestas para una estrategia comercial e inversora en el Lejano Oriente.
¿Por qué es importante el sudeste asiático? Los países de la zona, entre los que se cuentan Japón, China, Corea del Sur, Taiwan, Singapur, Malasia y Tailandia reúnen el 22% del PBI mundial y el 28% del comercio. En la década del noventa y hasta el 2001, exceptuando Japón, el PBI regional creció cerca de 8% anual. Si ese ritmo se mantiene, se espera que en un par de décadas será superior al del NAFTA o la Unión Europea, dentro de los próximos 20 años.
Según los estudios presentados por la Fundación ("El Sudeste Asiático", de Carlos Moneta, Jorge Di Masi y Juan Piovani, y "¿Porqué el Este de Asia?", de Agustín González Garrido, Juan Alcorta y Mónica von Bernard), las economías asiáticas no sólo crecen sino que generan una demanda compatible con la capacidad exportadora argentina. La región tiene economías de diferente nivel de ingresos y necesidades, que pueden ser atractivos no sólo para empresas grandes sino también para PyMEs.
En varios países, especialmente en China, hay sectores de la población que están mejorando rápidamente su poder adquisitivo y diversificando su consumo. Esto implica más demanda de trigo, carnes, lácteos así como de bienes y servicios que pueden ofrecer las empresas locales.
¿Cual es la presencia argentina en la zona? Las exportaciones al Asia oriental crecieron en los últimos años, pero en el 2001 fueron el 20% del total. China fue ese año el cuarto comprador, con el 5% del total de las ventas y muy lejos de los tres primeros. Por otra parte, esas exportaciones están concentradas en pocos países: a fines de 2001, los envíos a sólo tres países (China, Corea y Japón) representaban el 70% de las ventas a los 13 países más grandes de la región.
La mayoría de los productos vendidos en Asia son commodities (productos estandarizados), generalmente con muy escaso valor agregado, como la soja. Esto configura una relación comercial desfavorable porque, con la excepción de carnes o productos lácteos (ambos productos con un peso relativo inexistente o insignificante en la composición de las exportaciones), la demanda de estos bienes tiende a aumentar menos que proporcionalmente al aumento del ingreso de los consumidores. Por el contrario, la demanda de bienes de mayor valor agregado crece proporcionalmente más que los ingresos. Finalmente, las ventas están concentradas en grandes empresas.
La responsabilidad por el descuido de oportunidades es compartida por el Estado y los privados.
Foros y organismos
Un índice de la falta de atención a la región es la suerte corrida por dos organismos. Uno de ellos, el CONAPAC (Comité Nacional del Asia Pacífico, con sede en la Cancillería) cuyo objetivo es coordinar el trabajo del sector público con empresas y universidades para presentar posiciones argentinas en los foros del Asia Pacífico. En los últimos años, diversos problemas de organización y contenido le han quitado eficacia y en la actualidad se encuentra inoperante. Por otra parte, la Secretaría de Comercio Exterior disolvió su subsecretaría de Asia Pacífico, a pesar de que, según los entendidos, tuvo un buen desempeño.
El sector privado ha demostrado, por su parte, poco interés exportador. Según el Informe Okita II, sobre comportamiento de proveedores, los mismos muestran escasos deseos de exportar al Asia y no ofrecen confiabilidad sobre la estabilidad de las entregas. Se detectó, además, que los productos ofrecidos son de baja calidad y que los exportadores no hacen esfuerzos suficientes para ajustar su oferta a las necesidades e idiosincracia locales.
A diferencia de la Argentina, varios países latinoamericanos, como Chile y Brasil, se preocuparon por tejer vinculaciones en el Pacífico. En 2001, Chile exportó al Asia unos 4.400 millones de dólares a esta región y Brasil 6.000 millones, mientras que las ventas argentinas fueron de unos 2.500 millones de dólares.
Chile, con una estructura industrial menos diversificada y menores recursos naturales exporta a Japón unos 2.200 millones al Japón, casi siete veces más de lo que exporta Argentina al mismo destino. Finalmente, Brasil exporta a Corea del Sur el doble de lo que exporta Argentina y desde 1970 hasta 1996 la participación de la región en las exportaciones brasileñas ha aumentado de un 9,4% a un 17% del total.
El país trasandino tiene, desde hace años, una activa política estatal para promocionar sus productos en Asia y Brasil y está siguiendo el mismo camino tratando, incluso, de incorporar en esta senda al Mercosur.
Según los autores de "¿Porqué el Este de Asia?", "Chile puede coadyuvar a los intereses argentinos a través de su experiencia y conocimiento de los mercados asiáticos. Y, si bien todavía existen áreas de competencia, son cada vez más los intereses comunes que unen a los dos países frente al Este de Asia. Desde hace algunos años, Chile está tratando de convertirse en la puerta del Asia a través del cual el Mercosur pueda tener una presencia mayor 13. La Fundación Chilena del Pacífico ha estado fomentando y promoviendo la presencia de los países tlánticos en los diversos foros del Este de Asia, entre ellos, el del FOCALAE."
El FOCALAE (Foro Cooperación América Latina-Asia del Este) fue fundado en 1999 como una iniciativa para promover el diálogo interregional. Si bien la iniciativa continúa en manos de los gobiernos, la intención es que participen activamente también la academia y el sector empresarial. Está compuesto por 32 miembros. Su importancia radica en que es el único foro al cual la Argentina puede pertenecer, como miembro pleno, dada su condición de país atlántico. El FOCALAE ha permitido la institucionalización de contactos políticos de alto nivel y la adopción de programas cuyo propósito es robustecer los vínculos, tanto económicos como políticos y culturales entre los miembros de ambas regiones.
Los trabajos presentados por la Fundación proponen una serie de iniciativas destinadas a mejorar la inserción argentina en el Asia que incluyen estudios de mercados para indentificar productos y tendencias y aspectos institucionales, como el fortalecimiento de los organismos públicos involucrados en el seguimiento de la región.
El interés por Asia no se visualiza como incompatible con el Mercosur y, por el contrario, se considera posible aunar esfuerzos regionales para una participación más sólida en los foros y los mercados asiáticos.
Fuente Diario Clarín