Cuando se habla del "Tucumán exportador", lo primero que viene a la mente es citrus, azúcar, autopartes y, últimamente,arándanos. Sin embargo, hay algunos productos "de nicho" que están emergiendo, como los vinos de altura, la semilla de chía, el ron y el jugo de frutas. Podrían ser muchos más, pero emergen en un escenario que no alienta la exportación.
La consigna que los une es que exportar es un desafío que vale la pena emprender, a pesar de todo. Algunos, como la fábrica de cartuchos de escopetas "Servicios y aventuras" , radicada en San Pablo, y "Plásticos La Rioja" figuran en el ranking de los cien primeros exportadores de Tucumán, que en el primer semestre de 2011 han alcanzado los US$ 387,5 millones FOB.
Los otros manejan volúmenes mucho más reducidos, encajan en el rubro de los "productos de nicho", o recién están arrancando en el reto de colocar la marca Tucumán en otros mercados: entre ellos están los productores de chía Chíaseed, los jugos Citric, el ron Isla Ñ, los vinos de la bodega "Las arcas de Tolombón" y software que se desarrolla para distintas aplicaciones. Pero hay un tercer grupo que sabe que afuera hay un mercado para sus productos, pero que por ahora ha desistido en el intento de exportar, acobardado, dicen sus referentes, por la ausencia de un dólar competitivo, que pueda competir con la inflación. Es, por ejemplo, el caso de los diseñadores, protagonistas de una actividad creativa y económica que va sumando reconocimiento más allá de nuestras fronteras.
¿Quiénes se animan a exportar productos no tradicionalmente exportables? ¿Cómo lo logran? ¿Qué obstáculos deben superar? Arranquemos por aquellos que hasta ahora no han podido subirse a la ola. Cecilia Aybar, que diseña y produce lingerie (así, bien francesa) y Fabián González (Jholk, carteras y zapatos) coinciden en que los precios finales en la Argentina son caros. Otra barrera a la exportación en estos nichos "boutique" es el freno a las importaciones. Tanto Aybar como Pablo Ibarreche, productor del ron "Isla Ñ", añoran aquellos insumos con características específicas, que les aportan valor agregado a sus productos. A las prendas de corsetería de Aybar, por ejemplo, les faltan un tipo de ganchos de origen chino que no ingresan más; o diferentes tipos de géneros que, en ese rubro, sí hacen la diferencia.
El año chino
A diferencia de Aybar, Ibarreche cada vez exporta más, y suma premios internacionales con su desarrollo. "El ron es un experimento muy interesante", afirma el también productor de arándanos, que está enviando 90.000 botellas de ron Premium por año a China, Estados Unidos, Canadá, República Checa y Rusia. "Este es nuestro año chino", se ríe, y cuenta cómo hizo para ir abriendo mercados en los últimos ocho años. "Con mucho esfuerzo, con colaboración del IDEP y de la Fundación Exportar, con una página web, que fue la primera inversión seria que hicimos; con packaging y calidad muy moderna; y con la participación en ferias", sintetiza. Dice que cada nicho alcanzado tiene su historia: en Praga, por ejemplo, lo que les abrió las puertas fue un restaurante argentino. "Después viene un chino, te googlea; busca ron, latinoamérica; y te mandan un mail, y los llamás. Pero, ojo, entrar a china nos ha demandado casi un año de gestión. También ayudan los consulados. Enviamos muestras, cotizamos; y parece extraño hacer esta operación por internet, pero se hace", afirma el creador de "Isla Ñ".
Sin embargo, Ibarreche critica la ausencia de una política exportadora que permita competir con países fuertemente proteccionistas; y de un dólar competitivo que, dice, permita acompañar la inflación. "Con un dólar a $4.50 y los costos subiendo al 25%, es muy difícil entender cómo debería ser una política exportadora", afirma, y asegura que nunca ha recuperado un peso por reintegro de IVA. El freno a las importaciones también ha impactado en el negocio de Isla Ñ. "Para el ron uso roble francés. Y, por ejemplo, un cliente inglés quería nuestro ron en una botella francesa. Ese negocio se pierde", se lamenta el empresario.
Un "emblema" de empresa en crecimiento, afirma Fernando Martorell, del área de Comercio Exterior del IDEP, son los jugos Citric, que ya se exportan a Chile (Punta Arenas) y Uruguay y que esta semana desembarcarán por primera vez en Perú.
Desde el área de Comunicaciones de Citric, María Ana Padilla coincide con todos los demás productores en que una de las grandes trabas para la exportación es la relación dólar - inflación. "Así, los productos argentinos hoy en dólares son cada día más caros", señala; y advierte que otra traba es el desconocimiento del valor del producto NFC. "En la mayoría de los mercados están acostumbrados a consumir jugos hechos a base de concentrado y por lo tanto más baratos. Mientras que Citric es un jugo 100% exprimido, No Hecho de Concentrado (NFC, en sus siglas en ingles). Entonces a veces cuesta trasmitir la importancia y el valor de este tipo de productos, más natural", enfatiza.
Con respecto a las ferias, asegura que sirven "muchísimo, para actualizarse, conocer potenciales clientes, proveedores y tomar contacto con productores y empresarios. Sobre todo cuando se participa con una buena organización, como ocurre con el IDEP".
Otro rubro "boutique" en crecimiento en Tucumán es la producción de la chía, esa semilla que promete una gran concentración de aceite Omega 3. Flavia Cerioni, de "Chiaseed", informa que la firma, con superficies cultivadas en Taco Ralo, La Virginia (Tucumán), salta, Jujuy y Bolivia, comenzó a exportar en 2010. "Nuestra empresa hoy se convirtió en una multinacional, y la principal productora de chia en Argentina que exporta al mundo; comenzamos exportando 400 tn y aspiramos a exportar 1200 tn este año", le dijo Cerioni a LA GACETA. Entre los obstáculos para exportar, destaca: "la desinformación entre los productores locales con respecto a la comercialización de la chia, lo que atenta contra el desarrollo en los mercados externos"; las trabas aduaneras, los altos costos y el ingreso de las divisas, que se concreta en pesos.
¿Cómo se posicionaron afuera? Cerioni repite la fórmula ya revelada por Ibarreche. Dice que las ferias sirven para crear y afianzar relaciones comerciales con clientes actuales y futuros. Y que las relaciones con el exterior "comienzan" a través de internet. Por Nora Lía Jabif - La Gaceta de Tucumán.