- Los exportadores reclaman una estrategia; un informe oficial asegura que subió la rentabilidad.
- El incremento de las exportaciones previsto para este año no será muy espectacular, pese a que los exportadores estiman que será de un 10% respecto de 2002. Si se tiene en cuenta que el año último las ventas externas cayeron pese a la devaluación, la suba sólo será de un 4,6% respecto de 2001, último año en el que rigió la paridad entre el peso y el dólar, según lo asegura un comunicado de la Cámara de Exportadores de la República Argentina (CERA).
El informe también señala que las exportaciones per cápita creceran sólo un 2 % respecto de 2001. Este leve repunte muestra que se requiere una política que impulse a las exportaciones y que no se centre solamente en el tipo de cambio, según los exportadores. "Es indispensable que el próximo gobierno establezca una estrategia nacional exportadora y que adopte políticas de realización en vez de políticas discursivas", dijo el titular de la CERA, Enrique Mantilla.
En opinión del directivo, actualmente "asistimos a una política de autocancelación del potencial redespliegue exportador".
Esto se puede apreciar en las demoras en dar una solución integral al sistema financiero que recupere la posibilidad de crédito para las ventas al exterior. También en el incremento de la deuda con el sector exportador que ya llega a 3000 millones de pesos, según la CERA.
Esta deuda se compone de $ 2000 millones pendientes de devolución de IVA exportador y $ 1000 millones por factor de convergencia.
A esto se suma la incidencia desfavorable de los derechos de exportación ("retenciones") en la competitividad de bienes nacionales en el exterior.
Por otra parte, las estimaciones indican que el PBI del país no crecerá a la par de las naciones que también experimentaron recientemente fuertes crisis devaluatorias, con o sin default (ver infografía). "En el año posterior a la crisis, el PBI de estas economías creció en promedio un 5% mientras que el de la Argentina en 2003 tendrá una recuperación similar aunque por debajo del promedio del 4,6%", señaló el directivo.
Y añadió que el "optimismo oficial" al respecto "es una actitud que se traslada a los hechos y no una conclusión que se revela de los hechos".
En tanto, un informe elaborado por el Ministerio de Producción indica que la rentabilidad de las exportaciones de las empresas productoras de bienes creció un 31,9% en el primer trimestre de este año, respecto del promedio de 2001, cuando regía la convertibilidad. El aumento ocurre tanto "en sectores basados en recursos naturales como en aquellos de trabajo intensivo", señala el documento, realizado por el Centro de Estudios para la Producción, dependiente de la Secretaría de Industria.
Los sectores que más incrementaron su rentabilidad (ver infografía) son: pesca, aserraderos, autopartes, siderurgia, productos medicinales, celulosa y papel, productos de tabaco, química básica, bebidas alcohólicas, cámaras, cubiertas, fertilizantes y agroquímicos. "El cambio en los precios relativos generados por la devaluación se ha traducido en un fuerte incremento en la rentabilidad unitaria de las exportaciones. Esto es así porque los ingresos brutos por exportaciones casi duplicaron en los últimos 12 meses los costos no financieros", indica el trabajo.
Nuevos empleos
El informe de Industria también destaca que la fuerte caída de la incidencia de los salarios en los costos, propiciada por la devaluación, favorece la inserción internacional de los productos de mano de obra intensiva. "En 1993, los salarios representaban el 27,6% de los costos totales, en el primer trimestre de este año el peso de los salarios en el total se redujo al 12,3%", señala.
Por otra parte, el estudio estima que por cada 10% que crezcan las exportaciones se crearían unos 22.000 puestos de trabajo directos y unos 41.000 indirectos. Ahora, las ventas al exterior generan 632.000 empleos, 140.000 menos que cuando comenzó la recesión en 1998.
El secretario de Industria, Dante Sica, reconoció que "el cambio de precios relativos fue positivo, pero no alcanza. La Argentina no debe ser un país factoría sino una economía competitiva con mano de obra calificada y salarios más altos".
Fuente: Diario La Nación