Neuquén también estará en el ajo. Este año, la primera producción local de este bulbo multidiente originario de Asia Central se venderá en los mercados europeos -Holanda, Francia, España- mediante una experiencia asociativa que productores de la Confluencia realizan con empresas de Mendoza.
El asesoramiento técnico de profesionales de esa provincia -que es la principal productora de ajo del país- y de Bahía Blanca, permitirá la incorporación de un cultivo no tradicional en las chacras de la región, con un ciclo vegetativo que permite ocupar la capacidad ociosa del sector en un momento de disminución de demanda laboral.
En efecto, el programa liderado por el Centro PyME abarca unas 70 hectáreas desde Senillosa hasta Vista Alegre y ya se encuentra en la fase final de la siembra de ajo colorado, a razón de una tonelada de semilla por hectárea.
La producción que se estima obtener en septiembre próximo es de 700 toneladas de ajo, que representan unos 700 mil dólares.
El rendimiento es importante, dado que la inversión es de 250 mil pesos, dijo Edgardo Phielipp, presidente del centro.
El esquema de apoyo es el habitual en estos casos: el Centro PyME suministra las semillas, proporciona la asistencia técnica y supervisa el proceso de comercialización -se firmó un convenio con las empresas mendocinas para exportar la producción a cambio de una comisión-, y los productores deben devolver el apoyo con semillas para la próxima temporada.
El centro PyMe es un organismo oficial, con participación de empresarios, que se dedica a promocionar la producción en la provincia.
Phielipp indicó que desde la preparación del suelo hasta el acondicionamiento, siembra y empaque, demandan unos cinco meses de trabajo para unas 70 personas en promedio.
La cuestión es "obtener un producto de buena calidad, competitivo en el mercado al tiempo que generar las condiciones para desarrollar un cultivo para el cual no hay cultura en la zona", expresó el funcionario.
Es necesario "ser muy cuidadosos en la selección y pelado de la semilla porque sin calidad no se entra". El convenio supone que los exportadores recibirán una comisión por las ventas que hagan de la producción neuquina.
Extender el ciclo productivo de las tierras
Señaló que una de las ventajas del programa es la utilización de "la capacidad ociosa en nuestras chacras" que implica extender su ciclo productivo con cultivos complementarios, "alternativos con posibilidades buenas de desarrollo".
El rendimiento máximo, en momentos de mayor producción, será de unos 13 mil kilogramos por hectárea, con lo cual "las posibilidades son muy buenas", indicó Phielipp.
El programa se coordina, desde el centro, con los organismos locales de desarrollo y apoyo al pequeño y mediano productor -como es el caso del EDEP de Plottier- y en articulación con la secretaría de Producción de la provincia. En cinco meses más comenzará la etapa de empacado, para lo cual se adquirió una máquina de selección de tamaño que circulará por las zonas de producción.
El ajo es un producto requerido por sus propiedades curativas en la medicina alternativa, fundamentalmente para casos de hipertensión y enfermedades crónicas de las vías respiratorias.
También se utiliza para eliminar parásitos; ayuda a quienes padecen de ácido úrico y actúa como protector en la calcificación de las arterias. Previene la hipertensión y la mala circulación sanguínea, ya que tiene una acción hipotensora.
El producto es estimulante, diurético y expectorante; ayuda a eliminar los viejos residuos que van quedando en el organismo, sus enzimas favorecen una buena síntesis de los ácidos grasos, contribuyendo a bajar el colesterol malo o LDL.
Un producto codiciado en el exterior
El cultivo milenario del ajo -es originario de las montañas de Asia Central- resulta para los productores argentinos un buen negocio, puesto que es codiciado en el exterior, específicamente en el Brasil, que demanda más de la mitad de las 140 mil toneladas anuales que se cosechan en Argentina.
En una década, la producción de ajo en las principales variedades -blanco y rosado- creció un 76%. La región de Cuyo es la principal productora -Mendoza encabeza la lista con el 79%-, pero también se cultiva en Córdoba y Buenos Aires.
Edgardo Phielipp, presidente del Centro PyME dijo que esta primera etapa de producción neuquina tiende a "crear la cultura del ajo" en la región, dado que es inédita.
Existen, indicó, tres etapas fundamentales en el ciclo productivo, que se extiende desde febrero a diciembre. Son tres meses de siembra -entre febrero y abril- y luego, de agosto a finales del año se realiza la cosecha, en coincidencia con la comercialización.
El 70% de la producción nacional se exporta, y en el mercado brasileño los argentinos participan con el 60% en competencia con China, que vende un producto de menor calidad pero más barato.
Parte de los volúmenes de exportación van a Europa y los Estados Unidos, pero se trata de variedades y calidades distintas a las que se venden en Brasil.
Fuente Diario Rio Negro