El fideicomiso productivo Cuna de Olivares nació como reacción a una de las peores debacles económicas de la historia argentina. Hizo su primer lanzamiento en 2006 y, tres años después, tras la colocación de tres fideicomisos financieros, el proyecto incialmente planteado para 110 hectáreas se monta sobre casi 750, en las provincias de San Juan y Mendoza, y cuenta en conjunto con dos plantas de prensado de aceite extra virgen. La capacidad de los tres campos y las dos plantas será de 1,6 millón de litros del producto premium.
Desde septiembre pasado, el producto con marca propia (“Vero andino”) fue exportado a China. Antes de fin de año se exportará también a Brasil y como próximo paso, “llegará a México”, dijo Luis Feld, presidente de Cuna de Olivares.
Antes de fin de año, Feld prevé terminar de colocar el tercer fideicomiso, con lo que el monto total de la inversión sumará u$s 15 millones. El empresario, ex titular de la bodega Terranova, no descartó un nuevo lanzamiento de un fideicomiso para olivares en 2010, “según las señales que dé el mercado”.
El proyecto de Cuna de Olivares es particular porque los resultados son de largo plazo. Otorga el 18% de dividendos al quinto año y, adicionalmente, a los tres años el fideicomiso se transforma compulsivamente en una Sociedad Anónima. El Cronista