Luego de la crisis de 2001-2002 desaparecieron de las góndolas de los supermercados muchos productos alimenticios importados, entre ellos, los aderezos. Tres jóvenes nostálgicos, que estaban terminando un MBA, decidieron armar una empresa a partir de la mostaza que uno de ellos había creado y hoy exportan a más de diez países. "El segmento de aderezos se había quedado con lo básico después de la devaluación, desaparecieron los importados y había espacio para incursionar en una línea novedosa", sostuvo Federico García Lahitou. "Es un producto que gusta a quien lo prueba, por eso hacemos muchas degustaciones que dan visibilidad a la marca y aumentan nuestras ventas", agregó.
Federico y Hernán García Lahitou y Juan Giustozzi son los creadores de Soz, una línea de aderezos premium que combina la mostaza con ingredientes de distintas regiones: aceite de oliva, vinagre balsámico, wasabi, miel, jalapeños y dijon.
Cuando Giustozzi, considerado por sus socios un "maniático de los sabores", creó la mostaza; nunca se imaginó que sus amigos se la iban a comprar para consumo personal; y mucho menos que daría origen a una empresa próspera que exporta a toda la región.
Soz crece en promedio al 35% anual en facturación, según sus dueños. En 2008, facturaron $ 900.000. El 60% de este monto corresponde al mercado interno y el 40% a la exportación. Actualmente, tienen presencia en diez países, entre los que se incluyen Brasil, los Estados Unidos y Venezuela.
Desde el inicio, plantearon un modelo para ocupar un lugar en el mercado local y posicionarse como referentes regionales. Hernán explicó que buscaron un nombre internacional -Soz (salsa)- porque se lee de la misma forma en todo el mundo.
Durante el año 2004, realizaron el plan de negocios y se capacitaron en el rubro alimenticio. A fines de ese año, realizaron su primera venta a una conocida vinoteca, que incluyó la mostaza en las canastas de regalo de fin de año, posicionándola junto con otros productos gourmet.
Federico contó que antes de salir al exterior se pusieron en ritmo con los grandes clientes locales. Las mostazas se venden en los supermercados Carrefour, Disco, Jumbo, Libertad, Makro y en las tiendas Falabella. Además, se comercializa en almacenes y en vinotecas.
"Empezamos con la versión clásica que es la honey mustard . Después, incorporamos sabores para llegar a tener una línea completa, eso ayuda a presentar la marca y a tener presencia en las góndolas", sostuvo Giustozzi.
Inversiones
La inversión inicial fue de 30.000 dólares, entre ahorros y préstamos de conocidos. Ese monto se destinó a infraestructura, diseño, comunicación y capacitación. Y un porcentaje importante tuvo como destino participar de ferias y de rondas de negocios en el exterior para hacer contacto con potenciales clientes.
Federico contó que, por precio, tienen un posicionamiento muy por encima de las marcas nacionales, y similar o superior a las importadas. "No me deja de sorprender encontrarme con la mostaza en casas de conocidos o que llegue a ciertos países", agregó.
En los primeros meses, los tres socios se ocupaban de la producción, comercialización y de todas las áreas. Actualmente, ya incorporaron siete empleados.
Por encontrarse dentro del segmento premium, no vivieron el impacto de la crisis económica. "La gente dejó de salir a comer, pero se da los gustos en la casa y no cambia la marca", agregó. El desafío para el futuro es llegar a Europa y a los países árabes. También quieren incrementar su presencia en el interior de la Argentina. Además, recientemente, incorporaron un blíster de 25 gramos para acceder a restaurantes y hoteles. Por Emilia Subiza. Diario La Nación