A los empresarios mendocinos cada vez le sienta mejor el mercado chileno. Desde la devaluación del peso, Chile -referente obligado de apertura y desarrollo económico en América del Sur- pasó a ser el destino predilecto de los nuevos exportadores surgidos tras la salida del “uno a uno”, desplazando a Brasil, otrora paso obligado para cualquier nueva experiencia en comercio exterior. La cercanía, el idioma, una economía estable, y la conveniencia del tipo de cambio han estimulado la incursión de pequeñas y medianas empresas mendocinas en el mercado trasandino, así como la concresión de nuevos negocios.
Más de cien empresas mendocinas, de distintos rubros y cuya facturación oscila entre 1 y 5 millones de pesos anuales, ya descubrieron las características que presenta el “tigre sudamericano” y están lanzadas de lleno a la conquista de oportunidades comerciales específicas.
La demanda de productos mendocinos del otro lado de los Andes es muy diversa y abarca desde etiquetas autoadhesivas, muebles, bombas de uso enológico, hasta aceitunas, aceite de oliva, minerales industriales, componentes metalmecánicos, servicios y cápsulas para botellas.
De todo un poco
Las oportunidades para vender en Chile se extienden, además, a otros productos no tradicionales, como carnes, viviendas industrializadas, equipos de frío y tanques de acero inoxidable, entre otros.
El desarrollo de nuevos clientes al otro lado de la frontera ha sido explosivo en los últimos 12 meses. Las ventas mendocinas a Chile registraron un incremento del 40 por ciento en volumen durante 2002, según cifras preliminares de Pro Mendoza.
Pero el interés por el mercado chileno se ha visto reflejado, sin duda, en el incremento de empresas locales que apuestan a tener presencia en aquel país. Más de 10 firmas mendocinas ya han comprado espacios en Vinitech, una feria tecnológica del sector vitivinícola que se realizará del 10 al 12 de julio en Chile.
En tanto, en mayo, unas 40 empresas locales, sólo de los sectores tecnología, madera y metalmecánica, participarán de una nueva edición de la Ronda de Negocios en Valparaíso, que organizan en forma conjunta la Quinta Región y el Gobierno local.
En esa línea, muchas de las empresas que en los últimos meses se arrimaron a Pro Mendoza solicitando información eligieron Chile para iniciarse en el comercio exterior.
“Si bien el mercado chileno es en términos absolutos muy pequeño, es un excelente destino para las pymes mendocinas y para testear la demanda internacional”, explicó Héctor Smud, gerente de Pro Mendoza.
Asimismo, el efecto de la devaluación disimuló los problemas arancelarios e hizo que Chile reemplazara a Brasil en la preferencia de los empresarios mendocinos. Ese país mantiene un arancel general del 6 por ciento a los artículos importados, que se reduce en un punto por año.
“Chile es una economía muy abierta, con un alto nivel de importaciones de todo el mundo, que requiere de un trabajo de identificación de oportunidades muy minucioso”, dice Javier Espina de la comercializadora Nisar.
Algunos casos
Emilio Brandi es una empresa agroindustrial dedicada a la venta a granel de aceitunas, aunque también trabaja en las áreas agrícola, vitivinícola y ganadera. La retracción en el mercado interno y la devaluación alentaron a la firma a probar nuevas alternativas y así fue como, hace un año, logró incursionar en Chile.
Actualmente, coloca aceitunas a granel en los principales supermercados chilenos. La venta promedio alcanza los 50 mil kilos mensuales, por valor de 20 mil dólares. Por estos días, la empresa, cuya facturación asciende a 3 millones de pesos, recibió una buena noticia ya que del otro lado de la cordillera llegaron ofertas para ampliar el negocio, lo cual habla del posicionamiento adquirido por el producto.
“Antes exportábamos a Brasil pero al tener un dólar similar al nuestro los costos, sobre todo del transporte, ya no son tan competitivos”, dice Adriana Dalpozzo, la metalmecánica Albion.
La empresa fabrica máquinas para el procesamiento de frutas y verduras que pueden costar desde 4 hasta 40 mil dólares. En un año ha logrado vender más de 10 equipos a empresas procesadoras de alimentos. La firma, de tipo familiar, no ha invertido en promoción ya que la mayor parte de las cotizaciones han surgido por recomendación de los propios clientes chilenos.
Hay otros casos donde las posibilidades comerciales alentaron la designación de distribuidores exclusivos o la instalación de sucursales en el vecino país.
Un ejemplo es Distribuciones Intrial SA, una empresa de la zona este que fabrica bombas para uso enológico. Desde 2001, ya lleva facturados más de U$S 100 mil por la venta de bombas para uso enológico a bodegas chilenas. La expansión que experimentó la empresa, con ingresos anuales cercanos al millón de pesos, derivó en la designación de un distribuidor.
Firmas como acoplados Maldonado, la chocolatería Blanco y Negro, o las heladerías Mackenzie y 5/25, entre muchas, resolvieron, luego de revisar sus números, montar sus propias sucursales en Chile. Y hasta el momento están más cerca de afianzarse que de emprender el regreso.
Fuente Diario Los Andes