Desde su planta de Villa Lynch, la firma familiar Intek desarrolla juguetes para gigantes como Mattel y Disney que se exportan a América latina, Europa, Asía y áfrica. Cuando los dueños de Intek,una firma familiar dedicada durante décadas a la fabricación de relojes, decidieron incursionar en el mercado infantil no imaginaron que, unos pocos años después, su empresa terminaría diseñando y desarrollando juguetes para gigantes internacionales, como Mattel o Disney, y con destino a 45 países en todo el mundo. A mediados de los ‘90, la empresa -que se focalizaba en el mercado adulto, con las marcas Montreal y Parsons– comenzó a fabricar relojes para chicos con las licencias de personajes de Warner Brothers y Disney, entre ellos los clásicos Mickey Mouse y Winnie the Pooh. Pero el negocio no marchaba. ¿La causa? Se vendían en las relojerías, locales poco frecuentados por los más pequeños. Hasta que empezaron a comercializarlos en jugueterías y supermercados y las ventas explotaron. “Dejó de ser un reloj y pasó a ser un juguete. Los chicos se identificaban con su personaje favorito y la venta se disparó”, cuenta Ronen Dzienciolski, vicepresidente y tercera generación en la firma, fundada por su abuelo.
La novedad atrajo a Mattel, compañía dueña de marcas tan populares en el mundo como las muñecas Barbie y los autitos Hot Wheels, que les propuso comenzar a desarrollar otros juguetes. Con uno de sus diseños –un colocador de mostacillas para el pelo que funcionaba a pilas–, Intek conquistó a la empresa internacional que en 2004 le ofreció un contrato para comercializar el juguete en todo el mundo y, además, diseñar en conjunto una línea de peluquería infantil.
“Son productos basados en el talento argentino. Es diseño local con un nivel internacional”, se enorgullece Dzienciolski.
Intek ya lleva desarrollados más de 150 juguetes –que luego se fabrican en países de Asia– con licencias de Mattel, Walt Disney Company, Disney Pixar, Cartoon Network, Hasbro y DreamWorks que se comercializan en casi toda América latina y otros países, entre ellos, España, Holanda, Rumania, Rusia, Israel, Emiratos Árabes Unidos, Egipto, Arabia Saudita, India, Tailandia, Sudáfrica y Australia.
Cuentan con 45 empleados y una planta propia de 2.000 metros cuadrados en Villa Lynch, en el conurbano bonaerense, que en abril sumará otros 2.000 metros cuadrados. En 2008, facturaron $ 19 millones y esperan un crecimiento de entre el 10% y el 20% para este año.
“Podemos hacer hasta 150 bocetos y 30 maquetas de un producto antes de tener el modelo definitivo. Diseñar un juguete nos lleva entre 12 y 18 meses”, explica Dzienciolski, que maneja la empresa junto a su padre Saúl (director general) y su hermano Abel (presidente). Por Ximena Casas. El Cronista