El Corredor Bioceánico Central dejó de ser un simple boceto y pasó a convertirse en una realidad. Algunos se animan a decir que será el segundo Canal de Panamá del continente americano y que permitirá a la Argentina y a Brasil llegar con costos mucho menores desde Valparaíso, en Chile, a importantes mercados internacionales como son China, Australia y el este de Estados Unidos y México. Asímismo, este proyecto también implicará para el país trasandino la posibilidad de acceder a Europa y a África a través del puerto de Buenos Aires. Esta iniciativa binacional tendrá un costo de u$s 3.000 millones y será llevado a cabo por Corporación América, la empresa liderada por Eduardo Eurnekian y presidida por Ernesto Gutiérrez, y por la empresa chilena Empresas Navieras.
La presentación del proyecto y el porqué ambos gobiernos del Cono Sur lo declararon de interés público nacional fue realizada por el ex canciller y actual asesor de Corporación América, Rafael Bielsa, en Trinidad y Tobago, en el II Encuentro Hemisférico del Sector Privado. “El proyecto concreto es unir bajo un sistema ferroviario eléctrico de trocha ancha las localidades de Luján de Cuyo, en Mendoza, con Los Andes, en la V Región de Chile, a través de la construcción del Corredor Bioceánico, que es un túnel de 52 kilómetros de largo con la entrada del lado argentino a 2.300 metros de altura, unos 800 metros menos que el actual túnel vial del Cristo Redentor. Este será el primer proyecto que unirá dos océanos y cinco países, porque también facilitará el transporte desde Uruguay, Brasil y Paraguay”, explica Bielsa.
Comercio
El motivo principal para tal inversión privada es el protagonismo que China e India están teniendo desde hace varios años en el comercio internacional. Considerados como los dos países emergentes más fuertes, seguidos por Brasil y Rusia (conjuntamente forman el BRIC), los países de América del Sur estaban buscando una solución para facilitar el intercambio tanto dentro del Mercosur como de la región con el resto del mundo. En ese contexto, el Corredor Bioceánico apareció como el mejor proyecto para lograr tal objetivo.
Actualmente, el paso terrestre Cristo Redentor es el de mayor importancia para el comercio entre la Argentina y Chile, ya que pasa por allí el 66% de los 7,5 millones que se intercambian anualmente ambos países, siendo el paso de Integración Austral, con sólo el 11%, el segundo. Pero este camino pasa más de dos meses al año cerrado por las fuertes nevadas que caen en Los Andes, ya que el túnel vial está a una altura de 3.100 metros sobre el nivel del mar y el resto del año está en completo uso, por lo que es imposible aumentar el comercio. Por estos motivos es que el Corredor permitiría aumentar el intercambio entre ambos países y la Argentina podría llegar a los mercados asiáticos, a EE.UU y a México con costos de transporte mucho menores. De los 7,5 millones de toneladas al año que pasan por el túnel actual se podría llegar a un aumento de 20 millones en 2020, 30 millones en 2030 y más de 53 millones en 2040.
Costos
En cuanto a los costos, las estimaciones de un contenedor desde Córdoba a Manzanillo, uno de los puertos más importantes en México, son las siguientes: para salir por el puerto de Buenos Aires el costo total es de u$s 210,3 por tonelada: u$s 59,8 el transporte interno a Buenos Aires, u$s 29,1 el costo portuario local y u$s 121,4 el flete marítimo. En cambio, con el Corredor el costo total sería de u$s 177,3 por tonelada: u$s 90,4 el transporte a Chile, u$s 23 el puerto de Valparaíso y u$s 63,9 (la mayor diferencia radica en este punto) en el flete marítimo. Es una reducción de costos superior al 15%.
El lugar elegido fue el Cristo Redentor porque este cruce se encuentra sobre el eje horizontal mas relevante para ambos países porque allí se organizan las ciudades, los centros de consumo y de producción más significativos. En la Argentina, este eje comprende Buenos Aires, Santa Fe, Córdoba, San Luis y Mendoza, los cuales representan más del 60% de la población y más del 50% del PBI nacional. Del lado chileno está la V Región de Valparaíso y la Región Metropolitana de Santiago, que comprenden casi el 50% de la población y el 50% del PBI de Chile.
Por Claudio Celano Gómez. Revista Fortuna