La producción kosher de la Argentina no tambaleó con la crisis financiera mundial. El negocio se amplia y mantiene el 10% que conquistó de un mercado global que ronda US$ 20.000 millones de bebidas y alimentos certificados como "aptos" según la ley religiosa judía. "Y si sufre una merma, no será tan grande como en otros rubros, porque el mundo recibe con los brazos abiertos aquellos productos que tienen sellos de calidad. Por eso los de certificación kosher tienen menos flexibilidad a la baja", aseguró el titular de la Fundación ExportAr, Marcelo Elizondo. En la firmeza de lo kosher producido en Argentina es coincidente según la opinión de Luis Chami, de Kosher Winery; Leonardo Jmelnitzky, coordinador de Agudath Israel Argentina, la Cámara de Comercio Argentino Israelí; y el presidente de la Cooperativa Tabacalera de Misiones, que exporta frutas y jugos de naranja, certificados por un rabino.
Un arco iris de alimentos son considerados aptos según la torá (ley judía) y consumidos en la Argentina por unas 50.000 familias, entre los 220.000 judíos argentinos, la mayor comunidad hebrea de América Latina, según el rabino Libersohn. Pero él mismo y los rabinos Menahem y Glat dijeron que "también son consumidos por musulmanes, evangélicos y otras personas que, sin tener en cuenta su condición religiosa, prefieren lo kosher por razones de calidad y de salud". En esa lista figuran los vegetarianos, ciertos grupos evangélicos, celíacos, alérgicos a la lactosa, entre otros. Porque la certificación abarca: a) lácteos y b) carnes, que no deben mezclarse; y a los productos c) parve (neutros), que no son ni cárnicos ni lácteos, donde los rabinos vigilan que no lleven carne ni leche, en ninguna de sus formas.
En la "tierra colorada", en medio de un paisaje de yerbatales e hileras de té, que rodean a la ciudad misionera de Alem, el rabino Enrique Glat, certifica los jugos que luego viajan a EE.UU., Holanda, Reino Unido, Rusia, Israel, Canadá, Indonesia, Malasia y Singapur. El presidente de la CTM, Jorge Néstor, contó que el centrifugado, filtrado y pasteurización son vigilados por Glat.
"La calidad genética y fitosanitaria es la mayor prioridad", subrayó el titular de esta cooperativa de 9.000 productores.
Con el sello del rabino Josseph, la firma Kosher Winery, está liderada por Luis Chami. Este empresario señaló: "La nuestra es una producción de nicho y todavía no hemos sufrido tal crisis. Crecimos un 20% en la exportación a EE.UU. e Israel".
Por Patricio Downes. Diario Clarín