Un grupo de productores de las regiones de Arroyo Colorado, Manantiales y Lapachos encaró la plantación de higo en forma extensiva (60 hectáreas), quebrando el concepto de práctica casera o doméstica, y remitió por primera vez 100 toneladas de esta fruta fresca a la Unión Europea. Cuatro explotaciones se asociaron para ganar nuevos mercados y concretaron su primera experiencia exportadora con el envío de unas 50.000 cajas de higos marca Figland (tierra del higo), que viajaron por avión desde Buenos Aires. Un escaso porcentaje fue destinado a Canadá.
Los productores estiman que en 2003 las exportaciones se podrían triplicar o cuadruplicar, debido a que hay una demanda creciente en el Viejo Continente, para lo que la asociación deberá corregir y mejorar la comercialización y el mantenimiento de la cadena de frío.
"Comenzamos buscando un producto alternativo a la caña de azúcar y al tabaco que es el fuerte de Jujuy. Probamos con algunos ensayos y como dieron favorables nos largamos con el higo", dijo a LA NACION uno de los emprendedores que están en el proyecto, Juan Martín Grenni. Los productores invirtieron mucho en infraestructura como galpones de empaque, cámaras de preenfriado, máquinas para el manejo del higo que, paulatinamente, fueron incorporando para obtener la certificación de calidad que exige la Comunidad Económica Europea.
Actualmente se percibe una tendencia a incrementar las áreas sembradas, debido a que se detectó una mayor demanda por el fruto en países europeos como Italia, Alemania y España. Los especialistas alegan que es un cultivo de alta rentabilidad y rápido retorno con una unidad económica de hasta 5 hectáreas.
- Amortización
"El retorno es prácticamente inmediato. Si la plantación se hace con alta tecnología, alta densidad de plantas por hectárea (entre 850 y 1200) y riego localizado, al segundo año ya tenemos amortizado el costo de la inversión", explicó Antonio Prataviera, ingeniero agrónomo experto en plantaciones de higo.
Pero los productores jujeños no comparten del todo esta apreciación y estiman que resulta difícil recuperar la inversión en ese lapso. Grenni opinó que el proceso más complejo "no es precisamente la producción del higo, sino el trabajo de ingeniería que requiere su distribución para conservar la cadena de frío".
Las variedades se clasifican en higos negros, verdes o rojizos. La región jujeña donde se cultiva está beneficiada por un clima especial que hace que la producción por hectárea sea elevada con relación a otras experiencias en el norte argentino.
Por Walter Gasparetti
Fuente: Diario La Nación