¿Sorprende a la Argentina el despliegue comercial de Chile? ¿Cuántas veces se tomó a la nación trasandina como modelo para nuestro país de apertura y libertad económica y de agresividad en la conquista de mercados externos? ¿Y cuántas despertó envidia el desarrollo de este tigre sudamericano, que parecía contar con una suerte de asepsia frente a la corrupción y la involución latinoamericana?. Lo cierto es que Chile avanza. Logró amortiguar las sucesivas crisis del sudeste asiático (uno de sus principales clientes) y las devaluaciones del real brasileño y del peso argentino. Prueba de eso son las firmas que acumula con bloques económicos y primeras potencias para liberalizar el intercambio comercial. Ahora bien, ¿cuáles son las características de este mercado?
Su producto bruto interno (PBI) creció un 3,1% en 2001, superando a Brasil y México (sólo en América latina) pero también a Estados Unidos y Japón, por mencionar otros países, aunque el incremento de su actividad el año último fue de sólo 1,8% por la abrupta caída de la relación con uno de sus principales socios, la Argentina, según destaca un informe que elaboró la Fundación ExportAr sobre este mercado.
Su intercambio comercial con el mundo sumó US$ 34.000 millones en 2002, y como parte de su buen desempeño en comercio exterior vale recordar que en los últimos cinco años transformó en superávit un déficit de 2500 millones de dólares.
Al analizar el comportamiento de sus ventas externas surge como dato concluyente cómo Chile está modificando su estrategia comercial: sus exportaciones al Mercosur (US$ 984 millones) cayeron un 35%, y el impacto más fuerte lo lleva la Argentina, destino al que sus envíos se desplomaron en un 58 por ciento. Su mirada se desplazó entonces hacia el Norte, precisamente a los países de América Central y a Estados Unidos, Canadá y México (miembros del Tratado de Libre Comercio de América del Norte, o Nafta).
Los embarques a Estados Unidos se incrementaron un 9,3%, a México un 9,8% y los dirigidos a Costa Rica, El Salvador, Guatemala, Nicaragua y Honduras crecieron casi un 22%.
Si bien los países del Nafta concentran un cuarto de las ventas de Chile (a Estados Unidos dirige el 17% de sus exportaciones) su relación de larga data con la cuenca del Asia Pacífico justifica que esta región sea el primer mercado de destino, con el 27% de todas las ventas chilenas.
¿Pero cómo se ubica la Argentina frente a su siamés cordillerano?
En 2002, Chile fue el segundo destino de las exportaciones nacionales, pero viceversa ocurrió todo lo contrario: la Argentina se transformó en un mercado inviable a la hora de colocar sus productos. No obstante, encontró en nuestro país a su principal proveedor: el 20% de sus compras externas las hace aquí (por US$ 2800 millones).
Las principales importaciones chilenas desde la Argentina son combustibles (US$ 1480 millones), cereales (US$ 102 millones), vehículos, automotores tractores y autopartes (98 millones) grasas y aceites animales (80 millones), plásticos y sus manufacturas (76 millones), papel y cartón (68 millones), residuos de la industria alimentaria (61 millones) y calderas y máquinas por US$ 48 millones.
- Acuerdos
La agresividad exportadora chilena no sólo se refleja en su peregrinaje comercial permanente, sino en su estructura arancelaria: "La rebaja de aranceles a bienes importados reduce el costo de nuestra producción en insumos, maquinarias y equipos, estimulando el cambio tecnológico y favoreciendo a los consumidores con una oferta de bienes y servicios más variada, de calidad y a precios internacionales", sostiene la Dirección General de Relaciones Económicas Internacionales de Chile (Direcon).
De hecho, Chile mantiene un arancel general del 6% a los artículos importados, que se reduce en un punto por año.
Asimismo, si de negociaciones internacionales se trata, la nación trasandina acumula acuerdos comerciales: en 2002 firmó el Acuerdo de Asociación Política y Comercial con la Unión Europea y sendos tratados de libre comercio con Estados Unidos y Corea del Sur, aún no vigentes.
Desde el pasado 1° de febrero, las aduanas comunitarias no cobran aranceles a un 86% de los embarques chilenos y sólo resta ajustar detalles para liberalizar las inversiones y el comercio de servicios.
El 15 del mismo mes, selló un tratado de libre comercio con Corea del Sur. "Con este acuerdo, Chile se convirtió en el primer país no asiático en alcanzar un tratado de libre comercio con una nación de esta región, quedando en condiciones de ser un puente entre Asia y América", señala la Dirección.
Cuando entre en vigor este acuerdo, el 77,5% de las ventas chilenas no abonará aranceles, y luego de cinco años el abanico de productos desgravados se elevará al 88,4 por ciento. Por su parte, Chile no percibirá tributos al ingreso del 66,7% de mercaderías coreanas.
En diciembre del año último se cerraron las negociaciones para un tratado de comercio con aranceles desgravados nada menos que con Estados Unidos, que permitirá la entrada sin necesidad de abonar impuestos al 87% de los embarques chilenos, y para el 94,8% luego de cuatro años.
Por Emiliano Galli
Fuente: Diario La Nación