Profesionales argentinos que venden sus conocimientos afuera.
Las exportaciones argentinas de servicios sumaron US$ 4527 millones en 2001, un 20% de todo lo vendido en el exterior. En la última década, este sector creció a un ritmo del 9% anual en todo el mundo (superando el 7% de incremento de los bienes) y representa el 64% del producto bruto argentino.
Pero, ¿qué es un servicio? Según la publicación económica especializada The Economist, “todo lo que se vende en el comercio y no te machaca el pie al caerse, es un servicio”.
En definitiva, son prestaciones, intangibles, productos intelectuales que se comercializan con el exterior y que abarcan un universo amplísimo, desde una transacción bancaria hasta un desfile de moda, pasando por la asistencia técnica brindada en otro país a obras de ingeniería realizadas en otra nación. De hecho, la fase más simple de una exportación de servicios suele ser la del teletrabajo, es decir, un profesional con una PC y una conexión a Internet que vende sus servicios a alguien en el extranjero, por lo que, además de abultar los números del comercio exterior, es una alternativa a la recesión interna y a la fuga definitiva de cerebros.
El comercio internacional de prestaciones se encuentra amparado por la Organización Mundial de Comercio (OMC) y regulado por el Acuerdo General sobre el Comercio de Servicios (GATS, por sus siglas en inglés).
Existen cuatro grandes modalidades: el suministro transfronterizo (sin el movimiento físico de personas, como el envío de software por Internet), el consumo de una prestación por parte de extranjeros en la Argentina (como universitarios foráneos o turistas de visita), la presencia comercial en el extranjero (apertura de una oficina en otro país) y la visita de personas físicas en el extranjero como, por ejemplo, un docente argentino que dicta un curso en el exterior.
Entre las prestaciones exportadas más importantes encontramos las comerciales (brindadas por profesionales de distintas áreas); de telecomunicaciones (transmisión y recepción de señales por cualquier medio electromagnético); de construcción (todo tipo de obra diseñada por argentinos que se realizará en el exterior); de distribución y transporte; de educación; ambientales (tratamiento de desperdicios o saneamiento); financieros (sistema bancario, seguros y movimiento de valores); de la salud (pacientes extranjeros que se tratan en el país o médicos que trabajan en el exterior); servicios relacionados con el turismo y los viajes; servicios recreativos, culturales y deportivos (desde una película argentina proyectada en el exterior a la presentación de un equipo de fútbol en un torneo); de diseño, publicidad, producción de TV (como anuncios o novelas), y cine, entre otros.
Así los enumeró el especialista en comercio de servicios e investigador de la Universidad Torcuato Di Tella, Julio Berlinski, que señaló que en el seno de la OMC "se negocian 620 ítem y estos 12 grandes títulos, a los que se le agregaron, luego de la Ronda de Uruguay, los protocolos de telecomunicaciones y otros financieros".
Fabián Djurinsky, socio del estudio Deloitte & Touche en el área Management Solutions y responsable de consultoría en Global Financial Markets Industry para América latina, señaló que "el 70% de todos los servicios prestados en el área financiera (consultoría, impuestos y auditoría) se realiza en el exterior". Uno de los targets latinoamericanos que atienden los profesionales locales son los bancos: "Los contadores, actuarios, licenciados en administración, ingenieros en tecnología y licenciados en sistemas del Estudio suelen pasar entre 1 y 6 meses en el exterior en proyectos específicos. Los honorarios argentinos son entre un 50 y un 60% más baratos que los de Puerto Rico y un 30% más bajos que los de Brasil, Chile o Colombia", añadió.
- Información es poder
Otro exitoso caso de exportación de servicios lo conforma CMA Ltda., que comercializa un nutrido abanico de información financiera local de la Bolsa de Comercio de Buenos Aires, el Mercado a Término de cereales, el de futuro y opciones de Rosario (Rofex), las tasas y bonos y hasta la cotización del dólar en tiempo real.
"Este tipo de información comenzó a ser muy solicitado por parte de países latinoamericanos, pero también por Estados Unidos, donde las mesas de dinero de los principales bancos tienen una división de emerging markets que consume este servicio", explicó Ariel Trabanco, gerente general de Argentina y para América latina de esta firma brasileña que atiende desde este país todo el mercado hispanohablante desde México al Sur.
CMA exporta la data financiera por satélite o Internet mediante la venta de pantallas con un software propio que permite seguir por cuadros y gráficos la cotización de lo que el cliente quiera. "Esta customización nos distingue de otros proveedores y le agrega valor a nuestro servicio", sostuvo el ejecutivo. En una etapa de plena expansión -motivada por la competitividad cambiaria- que tiene a México en su cenit, CMA Argentina atiende los mercados de Uruguay, Chile, Perú y Colombia, impulsada por costos que permiten conseguir la información "un 50% más barata de lo que se consigue en otro país de América", concluyó Trabanco.
Por otra parte, surge una tendencia según la cual constructoras internacionales contratan a estudios de arquitectos argentinos para "la ejecución de obras en el exterior y la presentación de proyectos", según dijo el gerente del Consejo Profesional de Arquitectura y Urbanismo (CPAU), José Luis Sánchez, tras mencionar casos como la ejecución del nuevo edificio de la Televisión Nacional de Chile y la construcción de un aeropuerto en Armenia por parte de estudios locales. "Somos competitivos por costos y porque nos vendemos como especialistas en determinadas construcciones (ver aparte)", agregó.
- El potencial de la educación
Otro rubro incipiente y con gran potencial es la educación. "La Argentina es un tradicional exportador de servicios de educación superior por la gran cantidad de estudiantes latinoamericanos que vienen a formarse", explicó Víctor Beker, director de Relaciones Internacionales de la Universidad de Belgrano. "En Estados Unidos significa ingresos por 11.000 millones de dólares por año", destacó. Anualmente, entre 3000 y 3500 estudiantes gastan US$ 5000 cada uno en el país.
La exportación de inteligencia local y mano de obra aplicada a soluciones tecnológicas es otro gran actor en la exportación de servicios. Estados Unidos, México, España, Brasil y Chile consumen "desarrollos argentinos de sitios Web y aplicaciones tipo ERP (un software de administración de empresas para la contabilidad, facturación, cuenta corriente y pagos)", explicó Jorge Cassino, presidente de la Cámara de Empresas de Tecnologías de la Información (Cessi).
Sucede que, además de ser muy calificada, la mano de obra argentina en lo que hace al software factoring (industria del software) es muy barata: la hora hombre cuesta aquí 20 dólares, mientras que en Estados Unidos es de US$ 80.
La firma Gillette comprendió esta realidad, y por eso atiende las consultas técnicas de todas sus filiales mundiales desde un help desk instalado en la Argentina.
Por Emiliano Galli
Fuente: Diario La Nación