Las empresas autopartistas argentinas tienen características distintivas muy claras: son familiares (mayormente de origen piamontés), medianas (con un promedio de 125 empleados), antiguas (las hay de más de 70 años) y de larga tradición exportadora (ya se vendía al exterior durante la convertibilidad, a pesar del tipo de cambio alto). A fines de octubre pasado, veinte de las 400 empresas que conforman este sector en la Argentina participaron aquí de Equip Auto, la feria de negocios de autopartes más importante del año. Llegaron en busca de nuevos mercados, especialmente los del este europeo, el norte de Africa y Medio Oriente, cuyos parques automotores tienen características similares a las del nuestro. Y también para consolidar algunos destinos europeos donde ya tienen una presencia fuerte.
La industria autopartista argentina tiene dos grandes negocios: el abastecimiento de las grandes marcas globales (cuando se cierran contratos para proveer a alguna de ellas en el mercado interno es muy probable lograr exportar a plantas que la misma marca tiene en el exterior) y la exportación de piezas para el segmento de recambio (sobre todo para países emergentes).
Según datos de la Asociación Argentina de Fabricantes de Componentes (AFAC), la Argentina exportó partes de automóviles por US$ 1936 millones en 2006. Y sólo en los primeros seis meses de este año, sus envíos alcanzaron los US$ 1373 millones. Los principales compradores son Brasil, Estados Unidos y España. Pero en los últimos años, por la reducción de los aranceles, también crecieron rápido los envíos a México y Venezuela. En síntesis, desde 1992, las exportaciones en este rubro treparon un 384 por ciento.
Esta actividad (que se concentra en Buenos Aires, Córdoba, Santa Fe y Capital Federal) se encuentra entre las más dinámicas de la industria nacional y su desarrollo no sólo está relacionado con los récords de fabricación de automóviles de los últimos años, sino que también se explica por este fuerte salto exportador. El sector autopartista emplea directamente a unas 50.000 personas (de hecho, uno de sus principales desafíos es encontrar mano de obra capacitada) y exporta a 130 destinos. En 2006, invirtió US$ 1100 millones.
Así como los alimentos podrían considerarse el producto estrella entre las manufacturas de origen agropecuario (MOA) que exporta la Argentina, las autopartes podrían serlo entre las manufacturas industriales (MOI), incluso más que los automóviles, que tienen una fuerte demanda en el mercado interno y en los cuales es difícil estimar hasta dónde son productos ciento por ciento nacionales.
De hecho, las empresas exportadoras son habituales expositoras en ferias especializadas como Equip Auto. Y no es de ahora; ya lo hacían en los años 90. Aquí, mientras conversaban con libios, iraníes, indios y chinos, no dejaban de pensar en las restricciones energéticas que las obliga a ser muy precavidas a la hora de cerrar nuevos contratos. En los negocios internacionales, para el que promete y no cumple es difícil lograr una segunda oportunidad.
También preocupa la fuerte suba de los costos. "La realidad nos indica que las ventajas que inicialmente ofreció la devaluación en 2002 ya se disiparon totalmente. Hoy, en dólares, los costos son superiores a los que teníamos durante los 90. Y la tendencia nos indica que el próximo año el problema se agudizará, por eso estamos trabajando muy duramente para ser más eficientes", explicó José Luis Cucchietti, gerente de exportaciones de Corven, que exporta amortiguadores a unos 40 países.
Las autopartistas argentinas también lograron colocar sus productos entre clientes muy selectos. Corven, por ejemplo, vende sus amortiguadores en 35 mercados con su propia marca. Pero desde hace un tiempo, también los fabrica para Koni, una firma holandesa proveedora del equipo McLaren de Fórmula 1.
Internacionalización
Los volúmenes que demanda Brasil, donde el sector logra la mitad de su facturación por exportaciones, están facilitando la internacionalización de las autopartistas argentinas. Corven, por ejemplo, está abriendo una filial en ese gigante mercado. Entre las firmas que tuvieron su stand en Equip Auto, donde el pabellón nacional fue organizado por la Fundación ExportAr, hubo varias empresas que se proyectan al exterior.
"Dentro de unos meses terminaremos de construir una nueva fábrica cerca de Curitiba, en Brasil", adelantó Jorge Ciccarelli, director comercial de la empresa que lleva el apellido de su abuelo Humberto, un pionero del sector. Esta firma, que comercializa juntas multilámina en unos 20 destinos, fue fundada en 1937.
La industria autopartista existe prácticamente desde que empezaron a circular por el país los primeros automóviles. Abasteció a las incipientes multinacionales que se instalaron en el país para producir sus modelos y lo hizo también con las extintas automotrices nacionales (como Industrias Kaiser Argentina y SIAM). Al desaparecer estas firmas y luego quedar muy reducida la fabricación local de vehículos, se volcó masivamente al mercado de repuestos y a su exportación.
"La ventaja principal de este sector es que estamos acostumbrados a trabajar con altos índices de calidad, ya que hace 40 años que se fabrican automotores y que, por lo tanto, existen autopartistas; eso ayuda a las automotrices a seguir produciendo en el país", explicó Roberto Ferrari, presidente de Femar, empresa que también estuvo en Equip Auto.
"En Bella Italia, a 10 kilómetros de Rafaela, nuestra firma hace una pieza para la fabricación de pistones para motores diésel desde 1987. Vamos a ferias desde hace seis años; en la última Automechanika Frankfurt logramos cuatro nuevos clientes. Si de ésta nos llevamos dos estaremos muy conformes", opinó Martín Buteler, de la marca Clapp.
Juan Francisco Cañellas, de Omer, y Fernando Cimino, de Gespannt, son viejos conocidos. Han recorrido medio mundo para presentar sus productos en este tipo de encuentros. "Llegamos a ir a 18 ferias en un solo año", contó Cimino, cuya compañía, fundada en 2002, es una de las más jóvenes. La empresa de Cañellas, que comercializa hélices y electroventiladores plásticos y exporta a 24 países, surgió en 1954 de una sociedad entre su suegro, un hermano de éste, un primo y un amigo.
En los últimos meses, surgieron nuevas e imprevistas oportunidades en países como Albania, Serbia y Croacia. Hacia esos destinos van, entre otros, los productos de Tovlent SA, que, desde el barrio porteño de Barracas, exporta parrillas y tasas plásticas desde hace 50 años. "Todos los mercados son difíciles", advirtió Amelia Eddi, gerenta de Comercio Exterior de la firma e integrante de la tercera generación que la conduce.
Ya se ve que es cuestión de perseverar. Y de eso, las autopartistas saben bastante.
Por José Crettaz - Suplemento Comercio Exterior, Diario La Nación