El 2003 presenta nuevas oportunidades para la industria alimenticia argentina. Somos indiscutiblemente productores de alimentos y la nueva relación peso / dólar abre nuevos mercados en todo el mundo.
Como darle valor agregado a los productos.
Desde los cambios del verano 2001/02 los productores locales de alimentos están mirando estos nuevos mercados y adaptando sus producciones a las exigencias internacionales, organizando sus recursos, generando grupos exportadores etc., para encarar el nuevo desafío.
El trabajo fue y seguirá siendo mucho, pero entre tantos temas nuevos para incorporar a los antiguos esquemas de producción, muy a menudo se ve como estos pequeños y medianos emprendimientos caen en un error común...
- Producto vs. Imagen
Decir que nuestras tierras, clima, aire y agua no contaminados son excepcionales en el mundo, no es novedad. Nuestra producción de alimentos es excelente y dando los pasos previos a la exportación nos encontramos en un momento potencialmente imbatible para colocar nuestros productos en cualquier parte del mundo. Este mercado es aún mayor en el rango de productos tipo gourmet o los de origen orgánico, donde el valor agregado de las cualidades de nuestros cultivos es muy buscado en países con alto poder adquisitivo pero con sus tierras, aire y agua saturados e incapaces de igualar las ventajas naturales de la Argentina.
Y aquí es donde se produce un quiebre. Tenemos pequeñas y medianas empresas productoras de alimentos, que se centran en lograr un buen producto, y lo consiguen. Pero suelen cometer el grave error de descuidar al comprador; que debe elegir un producto entre otros tantos sin probarlo y sin saber nada de él.
Aquí es donde muchas veces nos preguntamos ¿por qué no logro insertarme en un nicho de mercado si mi producto cumple ampliamente con las cualidades para satisfacerlo? Y muchas veces es porque el consumidor ni siquiera vio el producto en la góndola.
- Tener un buen producto es tan importante como saber comunicarlo.
Para transmitir exactamente el mensaje que quiere recibir el comprador nada puede estar descuidado. La elección de la marca, el logotipo, los grafismos y el envase (packaging) propiamente dicho conforman un soporte de comunicación directa entre el producto y el consumidor que, bien diseñados, visten el contenido, expresan sus características y se transforman en un poderoso instrumento en la decisión de compra.
Un mal producto en un buen envase, tendrá un éxito momentáneo; un buen producto en un mal envase nunca va a ser siquiera probado por el público y va fracasar sin lugar a dudas. La fórmula ideal sería: alimento de calidad + packaging = éxito.
- Tradición vs. Futuro
Si queremos encontrar el porque es tan común que los productos argentinos estén mal envasados, probablemente un motivo sea que nuestro país históricamente fue exportador de productos a granel, donde el envase cumplía simplemente una función de protección y al no llegar éste nunca al comprador, no se desarrolló una cultura de imagen del producto como medio de llegada al consumidor.
En este sistema de venta a granel, el comprador mayorista saca un gran rédito, ya que compra a bajo precio un excelente producto que luego fraccionado adquiere un valor agregado muy superior. La tendencia actual es exportar productos ya fraccionados, para que ese plus de utilidad quede en el productor y no en el intermediario.
Por este motivo el diseño de envases en Argentina, sobre todo en el sector alimenticio, está tomando un auge creciente. Es el momento para que diseñadores y productores, que han crecido en forma paralela adaptándose a la actual realidad del país, se encuentren para estar a la altura de las nuevas exigencias y oportunidades de un nuevo mercado que ya se abre para la Argentina.
Por Gabriela Sangorrín
Diseñadora Industrial
PACK - Diseño de envases para alimentos
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