éste y
otros temas vinculados fundamentalmente al desarrollo del frente exportador
del sector y a las expectativas sobre su performance futura. Detrás de los US$ 14.298 millones exportados por la industria alimentaria argentina en 2006 se esconden distintos patrones que resulta muy interesante dilucidar. Entre ellos figuran cuatro de gran relevancia:
Claramente, son numerosas las preguntas que surgen del análisis de las cifras de comercio exterior, y la respuesta a cada una de ellas brinda información que sirve de base al trazado de estrategias de comercialización y negociación con mercados externos, al descubrimiento de nichos de mercado aún inexplorados. Prevalece sobre todas ellas la posibilidad de detectar las tendencias subyacentes que marquen el rumbo de mediano plazo. |
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Expansión de las exportaciones del sector: un proceso iniciado hace seis años Como ya se mencionó, las exportaciones de alimentos y bebidas ascendieron a US$ 14.298 millones en 2006, valor 19% superior al ingreso de divisas generado el año anterior. Este guarismo reflejó una variación positiva, tanto en cantidades como en precios. Con estos resultados, y por tercer año consecutivo, la industria alimentaria continúa batiendo sus previas marcas históricas de exportaciones medidas en dólares. Asimismo, si se contemplan las variaciones anuales en las cantidades exportadas, en 2006 se cumplió el sexto año consecutivo de expansión de las colocaciones externas de alimentos de origen nacional. Específicamente en el último año, la industria alimentaria ha disfrutado de un escenario favorable, tanto en el frente externo como en el ámbito interno, ambos signados por demandas de alimentos y bebidas pujantes y sin atisbos de desaceleración por el momento. ¿Cómo pudieron cubrirse ambas demandas adicionales? La respuesta se halla en el nivel de actividad industrial del sector, que al igual que las exportaciones, no deja de superar sus anteriores máximos históricos. En el último año, el valor agregado bruto (VAB) de la rama alimentaria se expandió 6,1%, logrando de esta forma un crecimiento ininterrumpido por cuarto año consecutivo. Asimismo, no sólo el VAB ya supera en 19% al de su mejor año durante la convertibilidad (1999), sino que este desempeño global la convirtió y continúa posicionándola como la rama con mayor participación en el valor manufacturero global, con las claras implicancias que esta afirmación tiene en la performance global de la industria argentina. Indudablemente 2006 no ha sido un caso excepcional en base a los resultados de las exportaciones récord, sino que surge como consecuencia de un proceso gestado en años previos. Para avanzar en este sentido ha jugado un rol decisivo –aunque no agota todas las variables que influyeron en la creación de este escenario– el mantenimiento de un tipo de cambio competitivo. Así fue como el sector alimentario consolidó su participación en la generación de divisas para Argentina a través del comercio exterior: de acuerdo a la estructura de ventas que nuestro país exhibió en el último año, sus operaciones pasaron a representar 31% de los dólares totales derivados de las exportaciones de productos locales. Este tampoco es un dato puntual: en los últimos catorce años la participación de la industria alimentaria en los valores totales ingresados por operaciones externas promedió el 30,9%, con un pico máximo de 34,5% en el año 1993. |
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Exportaciones y mercados Ya se ha destacado uno de los principales resultados obtenidos hasta el momento: la performance de las exportaciones alimentarias resultó altamente favorable desde la salida de la convertibilidad. Ahora bien, ¿Quiénes fueron los principales compradores que impulsaron este desarrollo? Una forma de brindar un panorama global y responder parcialmente esta pregunta podría realizarse de acuerdo al análisis de las exportaciones por zonas económicas y países seleccionados en base a la envergadura de su participación en el comercio bilateral con Argentina. El cuadro y el gráfico que figura en la página siguiente resumen los principales resultados que surgen en esta primera instancia. La comparación “punta a punta” de los valores registrados de colocaciones externas en las zonas seleccionadas muestra cómo nuestro país ha aumentado su penetración en cada uno de ellos. No obstante, cabe diferenciar el impacto relativo que cada mercado ostentó en el comercio global, de acuerdo a la participación que tuvieron en la configuración de las cifras globales de exportaciones de la industria alimentaria. El primer gráfico ilustra con claridad la contribución de cada zona económica en la tendencia creciente de las exportaciones del sector, dado que contempla conjuntamente cuánto se han expandido las operaciones hacia un destino en particular y cuáles son los montos que maneja cada mercado, dado que de ello depende su impacto sobre el resultado global. Como puede observarse, el destino que más ha ampliado sus compras de productos argentinos ha sido Chile (+189 % en 2006 vs. 2001), pero no obstante su incidencia no es la de mayor relevancia (la incidencia está representada gráficamente por el tamaño de la burbuja). Claramente, son la UE 25 y el grupo conformado por ASEAN (Corea, India, Japón y China) los que lideraron el proceso de expansión de la presencia de los alimentos y bebidas argentinos en el mundo. En 2006 la UE adquirió alimentos y bebidas por US$ 4.852 millones, logrando así una participación del 34% de las exportaciones globales del sector. Estos guarismos reflejan incrementos, tanto en valores como en cantidades, del 21,2% y 17,8% respectivamente, mejorando así los precios unitarios respecto del año previo. Asimismo, si se toma como referencia el año 2001, los valores exportados hacia este destino no han dejado de mostrar tasas de crecimiento (sí lo hicieron un solo período en relación a las cantidades transadas). Por su parte, los mercados asiáticos evidenciaron una performance que no tiene nada que envidiarle a la UE. Si bien esta última se posiciona como el comprador de mayor relevancia, el grupo asiático lo secunda desde el año 2001, habiendo desplazado al MERCOSUR como segundo destino en términos de dólares generados por el comercio bilateral de alimentos y bebidas. En 2006 las compras por parte de este conjunto de países ascendieron a US$ 2.761 millones, otorgándole una participación del 19% en las ventas totales. Exportaciones según zonas económicas y países
Le siguen en importancia África y “otros destinos”. Este último resultado, el del impacto de “otros destinos”, resulta clave, dado que –aunque parcialmente- refleja la diversificación o acceso hacia nuevos mercados en los últimos años. El siguiente paso es determinar qué productos argentinos tienen mayor penetración en cada uno de estos destinos. Este análisis brinda datos acerca de la performance pasada y las perspectivas a futuro. En el primer sentido, debido a que destaca cómo la Argentina se ha ido especializando en la exportación de ciertos productos y cómo se configuran las compras de los principales consumidores a nivel de bloque o país. Las perspectivas a futuro, en cambio, surgen de observar, entre otros datos, si Argentina tiene concentradas sus ventas en ciertos mercados o productos, su interrelación con los países competidores, así como la posibilidad de que un crecimiento en la producción interna o un cambio en las tendencias de consumo incidan en el comercio bilateral. Como revela el siguiente cuadro, es recurrente la aparición del rubro “aceites y grasas” entre aquellos con mayor gravitación en las ventas hacia los diversos mercados seleccionados. Justamente ha sido este producto el que más ha propulsado el acceso al mercado más dinámico, el asiático. Asimismo, también es preeminente la participación de los productos cárnicos, los pescados y los productos de pescado, y los productos lácteos. No obstante esto, el grado de concentración que cada uno de ellos presenta en los mercados de destino no es homogéneo. Ahí donde la participación de cierto rubro es más intensa, los riesgos potenciales son mayores, por lo que la búsqueda de una diversificación del abanico de productos exportados otorga un menor riesgo. Expresado de otra manera: la diversificación suaviza el impacto en caso de un desplazamiento en el rubro preponderante. Un ejemplo resulta más claro. Ya se
ha mencionado cómo el aceite ha traccionado las colocaciones
externas a los países asiáticos, donde China se destaca
como uno de los mayores compradores. Pero al ampliar el espectro
de variables a observar, otros datos surgen como indicadores clave.
En primera instancia, su producción local se mantiene en
una senda de crecimiento en los últimos años, posibilitando
así un mayor grado de autoabastecimiento para el consumo
de aceites vegetales. No obstante, este consumo local no se mantiene
estanco, sino que la expansión del consumo doméstico
provocó un crecimiento ininterrumpido por más de veinte
años (a tasas de más del 10% en los últimos
cuatro). Por lo tanto, ¿cómo continuarán jugando
estas fuerzas y cómo cerrará el balance en el mediano
plazo? El desenlace de la evolución de estas variables marcará
justamente cuán importante es la diversificación,
no sólo para conquistar nuevos mercados a través de
productos diferenciados, sino para evaluar correctamente el riesgo
inherente a cada negocio. |