Como si una buena estrella guiara sus pasos, la chinchilla argentina sigue cosechando logros. La estrella de las producciones "no tradicionales" o "alternativas" ganó ya la atención de los diseñadores de la vieja Italia, el país que en éste nuevo mileno ha desplazado a Francia como centro internacional de la moda. "La chinchilla en la Argentina es increíble. Ha desaparecido la mala calidad", comentó con entusiasmo el milanés Emilo Ernst, el empresario italiano que en nombee de la firma Industria Rappresentanza Pellicceria Affini (IRPA) acaba de finalizar una exhaustiva gira en búsqueda de las mejores pieles crudas producidas en nuestro país.
IRPA -una compañía que se dedica desde 1930 a la comercialización de pieles y curtiembres en todo el mundo- comercializa 35.000 pieles anuales, lo que le permite ubicarse entre las principales en el mercado internacional.
La firma empezó a realizar operaciones en la Argentina en el año 2001 y desde entonces ha ampliado cada vez más la extensión de su recorrido.
Ernst fue acompañado en su periplo por Carlos Martínez de La Fuente, un español oriundo de Soria que pertenece también a IRPA. Empezaron el recorrido en la ciudad de La Plata, donde visitaron más de 120 criadores.
Luego, tras recorrer diversas localidades de la provincia de Buenos Aires, no perdieron el tiempo. Fueron sucesivamente recibidos por los criadores de chinchillas de Salta, Tucumán y Catamarca hasta recalar finalmente en las provincias del sur de nuestro territorio.
Los delegados de IRPA no vuelven a Europa con las manos vacías: se llevan una totalidad de 12.000 pieles.
"Pudo haber sido un número más grande -refirió Ernst-, pero la verdad es que desde el 2004 se ha reducido un poco el numero de pieles, debido a que se está incrementando el numero de reproductores, por eso este año compramos 300 menos que el año anterior."
No obstante, los encomios que genera la calidad del producto diluyen cualquier comentario negativo acerca de la cantidad, un hecho, que según su opinión, será subsanado el año próximo.
"El futuro es muy promisorio, ya que la empresa italiana está muy conforme con la calidad de nuestra producción; estimamos que las ventas irán aumentando", señaló por su parte representante de IRPA en Argentina, Javier Andrés.
"Esta continuidad comercial con Italia -agregó- nos genera un mayor compromiso en el trabajo y también grandes expectativas."
Industria y alta costura
Todo indica, pues, un panorama alentador para el gran número de criadores argentinos, que ven con satisfacción el creciente status que adquieren sus pieles, muy cerca de convertirse en una de las más cotizadas del globo.
"Nosotros -comentó Ernst- compramos chinchillas aquí y en Brasil. El país vecino es un futuro competidor bastante duro para la Argentina, no en cuanto a la calidad pero sí al precio."
"No nos llevamos las pieles a cualquier precio sino a los reales del mercado porque estamos convencidos que es una forma de defender al productor", indicó.
Según precisó el empresario, la compra incluye muchas pieles de un costo de 70 dólares, las cuales son muy específicas y diferenciadas, de un color muy especial y con nuevas tendencias en materia genética de colores y textura.
En lo que se refiere a la piel "más normal" el precio osciló entre los 45 y los 20 dólares con una media aproximada de 37 dólares.
Hay dos mercados -comentaron, asimismo- los importadores: la industria y la alta costura.
La industria demanda un producto netamente comercial. La otra línea de mercado que es la alta costura apunta a peleteros que hacen hincapié en la exclusividad. Por B. Vedia Olivera - Diario La Nación