Habilitan frigorífico para la exportación de caracoles
El Servicio Nacional de Sanidad y Calidad Agroalimentaria (Senasa) habilitó en Saladillo, provincia de Buenos Aires, un nuevo establecimiento dedicado a la cría y acopio de caracoles terrestres para exportación. El otro frigorífico está radicado en Necochea. El frigorífico procesará caracoles terrestres, criados en cautiverio y destinados a la alimentación humana, y en una primera etapa la producción abarcará exclusivamente la producción, el acopio y la venta de la especie viva.
Tras una exhaustiva evaluación, técnicos del Senasa habilitaron la segunda planta argentina dedicada a esta producción. La medida va en el sentido del manifiesto desarrollo que ha tenido la helicicultura en el país, y en el incremento en la demanda nacional e internacional de caracoles de tierra.
Este establecimiento se dedicará al acopio y comercialización de las dos especies comestibles: Otalalactea y Helix áspera.
- Exportaciones
Según datos de la Oficina de Estadísticas de Comercio Exterior del Senasa, durante 2002 la exportación de caracoles a España –el principal destino– alcanzó las 33 toneladas, por un valor de 69.000 dólares, es decir, poco más de dos dólares el kilo vivo.
Los antecedentes de envíos registran en 2001, 15 toneladas certificadas a España, y en 2000, 19 toneladas a España y dos toneladas a Estados Unidos.
- Normativas
Las resoluciones 554/01 y 555/01 del Senasa son las que reglamentan el Registro Nacional de Establecimientos Helicicultores y establecen las condiciones sanitarias para la cría.
Para los interesados, se informó que el trámite de inscripción en el Registro Nacional de Establecimientos Helicicultores, creado por la Resolución 554, se realiza a través de un formulario que los productores deberán presentar en la oficina local del Senasa correspondiente a la jurisdicción del Establecimiento.
Finalizado el trámite, la Dirección de Luchas Sanitarias de la Dirección Nacional de Sanidad Animal, otorga al productor un número de habilitación que deberá presentar en el momento de ingresar con el producto a la planta de procesamiento, donde se asentará en el libro rubricado para completar la trazabilidad del producto.