Si bien no en forma inmediata, los países miembros de la Unión Europea acordaron ayer comenzar a reducir en forma sustancial los subsidios agrícolas " que benefician a sus productores. Se le dio así luz verde a la propuesta la UE presentará oficialmente en marzo ante la Organización Mundial del Comercio (OMC). En sus grandes lineamientos, implica medidas de tres tipos:
* una baja del 45 por ciento en las subvenciones a la exportación;
* caída del 55 por ciento en las ayudas internas a la agricultura
* reducción del 36 por ciento en los aranceles de importación
En Buenos Aires la noticia cayó muy bien: "es un paso importante desde el punto de vista de la Argentina, por cuanto robustece las perspectivas de una agricultura competitiva como la nuestra, para obtener un precio justo en los mercados mundiales", señalaron fuentes ligadas al sector agropecuario.
Se concreta así la propuesta del secretario de Agricultura y Pesca de la Unión Europea, el austríaco Franz Fischler, que llevaba meses siendo debatida y no lograba ser aprobada debido a la oposición de dos países miembros, Francia e Irlanda.
Estos dos países cedieron al aclararse que las medidas implican la disminución progresiva de las protecciones y subsidios y no su eliminación directa. El plazo que se fija es de diez años pero —según los expertos argentinos— dependerá también de la actitud que tomen los Estados Unidos, que tienen su propio programa de subsidios agrícolas, adoptados en réplica a los europeos, pero que también han contribuido a deprimir los precios mundiales.
Las políticas aprobadas incluyen la apertura de mercados a países ubicados entre los más pobres del planeta sin aranceles ni limitaciones de cantidad. Esto no beneficia directamente a Argentina, que no está en ese grupo, pero sí indirectamente, por lo que puede tonificar los precios.
Fue la presión por los plazos lo que precipitó el acuerdo, pues la Unión debía presentar su proyecto a la OMC antes de fines de marzo. Se aspira a modificar sustancialmente el actual sistema de subvenciones, acabar con las producciones en masa y los excesos de rendimientos. "Estamos respondiendo de forma fuerte y clara a quienes dudaban del compromiso europeo de negociar sobre agricultura", dijo el comisario de Comercio Pascal Lamy.
- Competitiva pero responsable
A su vez Fischler había fundamentado este cambio de fondo: "Queremos una agricultura competitiva pero a la vez respetuosa del medio ambiente y socialmente responsable".
El ministro español de Agricultura, Miguel Arias Cañete, criticó sin embargo algunos aspectos del programa. Especialmente, el llamado "desacoplamiento" es decir desvinculación entre las ayudas y la producción. "Ello puede llevar a graves desajustes en nuestros sectores productivos, con consecuencias sobre la industria transformadora y en el empleo agrario, por el abandono de tierras en algunos casos", comentó.
Argentina desde siempre ha bregado, sola y en conjunto con otros países perjudicados, contra los subsidios agrícolas europeos y norteamericanos, que en conjunto significan más de 350.000 millones de dólares anuales. "No podemos luchar contra las Tesorerías", dijo una vez un ministro de Agricultura argentino, dando a entender que por más productividad que el país exhiba en la materia no puede competir con subsidios que a veces significan el 80 y hasta el 100% de los precios.
Fuente: Diario Clarín