Por Marcelo Elizondo. Director ejecutivo de la Fundación ExportAr. En un contexto de crecimiento del comercio internacional -que se sostiene año tras año-, en el que, además, las exportaciones de empresas argentinas se incrementan sostenidamente, hay en marcha en nuestro país una serie de acciones deliberadas y planificadas que apuntan a mejorar la calidad de la inserción internacional de los agroalimentos de origen argentino en el mundo. Mientras el comercio internacional está llegando a tasas de aproximadamente el 28% del producto bruto global (estaba debajo del 19%
en 1991, según Morgan Stanley), dos tercios de los intercambios comerciales globales
está en manos de unas 60.000 empresas transnacionales. Esto es: los actores condicionan
las características del comercio. El incremento de la colocación de agroalimentos
de origen argentino, pues, debe ser sostenido a partir del diseño de vías exitosas
de inserción comercial en las cadenas de venta calificadas de productos lo más
elaborados posibles. Dicho de otro modo: no sólo hay que buscar vender productos
con mayor valor agregado, sino que para eso hay que saber acceder a las vías
de comercialización que lo permitan.
Agregar valor es necesario, sí. Desde inicios de esta primer década del
siglo nuevo, ya las exportaciones mundiales se componen en un 62% de productos
manufacturados, un 20% de servicios comerciales, un 10% de productos de
la minería y un 8% de agricultura. Pero para agregar valor hay que tener en marcha
las estrategias para llegar a los consumidores, ganar mercados exigentes, contar
con alianzas con comercializadores eficaces. Las ventas en el mundo de
las cinco principales cadenas de Retail en el rubro alimentos alcanza los 800
billones de dólares al año, lo que evidencia un avance de las vías de comercialización
de alimentos y bebidas más sofisticadas en el plano internacional. Existen hoy
65 cadenas globales de hipermercados trabajando fuera de sus países de origen.
El comercio tiende a ser desarrollado mediante vías cada vez más exigentes, y
ello arrastra la necesidad de ingresar en esas vías y de calificar, consecuentemente,
la oferta.
Por ello, la tarea de desarrollo de mercados y promoción comercial externa
es, en referencia a los agroalimentos, en estos tiempos, distinta. Exige una primera
etapa de inteligencia, basada en el conocimiento de los mercados y la detección
precisa de oportunidades, y, después, la implementación de acciones para las empresas
y los sectores basada en esa inteligencia.
Dos dimensiones
Esto es: por medio de la estrategia y en dos dimensiones de trabajo para las empresas
exportadoras; por un lado, la dimensión del alcance (scope dimension), que es
la esfera de la acción y que agrupa al conjunto de opciones y decisiones de cada
empresa en torno del ámbito de competencia, abarcando la gama de productos, el
número de mercados a los que apunta, o la vía elegida para insertarse en ellos,
y por el otro, la dimensión competitiva (competitive dimension), que podríamos
llamar endógena, integrada por un conjunto de opciones y decisiones en torno de
instrumentos operativos de cada empresa entre los que están los clásicos integrantes
del marketing mix : producto, precio, promoción y distribución.
Según esta visión, la Fundación ExportAr (como brazo ejecutor de acciones
para el desarrollo de mercados de la Secretaría de Comercio Internacional
de la Cancillería Argentina) ya tiene funcionando numerosos programas de promoción
basada en un nuevo paradigma. Así, además de trabajar sobre la base de estudios
y detectar nichos, se han afianzado alianzas con actores complementarios, se organizan
viajes de negocios donde no sólo se conjugan reuniones comerciales sino también
tareas con tomadores de decisiones, con incidencia en el negocio en cada mercado
elegido, se generan acciones de marketing para llegar no sólo a importadores
o distribuidores, sino adicionalmente al consumidor final.
Ejemplos recientes son el último planificado y abarcativo viaje de posicionamiento
en el mercado mexicano de siete firmas productoras de aceite de oliva de Catamarca,
La Rioja y Mendoza (tuvieron 52 encuentros, con contrapartes como los supermercados
Soriana, Oxo, Gigante, Wal-Mart, Chedraui y Comercial Mexicana), o el viaje en
marzo pasado de las principales empresas argentinas dedicadas a las infusiones
y la yerba mate a Chile (en conjunto con el instituto de promoción respectivo),
que generaron reuniones con potenciales importadores y cadenas de comercialización,
completando el contacto comercial con acciones de marketing al lado del consumidor.
Entre el 1° y el 20 de mayo últimos, en la tienda Harrod s, en Londres,
se realizaron acciones para la promoción de vinos, mermeladas, alimentos
gourmet de distinto tipo, té e infusiones, miel, dulces, comidas preparadas, cordero
patagónico, productos de panadería, entre otros productos, que no sólo estuvieron
en lugares destacados en góndola, sino que fueron ofrecidos en degustaciones a
los consumidores de esta internacional tienda.
Y, en lo inmediato, en la cadena Karstadt de Alemania, en Francfort y en Nuremberg,
la semana anterior al comienzo de la participación de la selección argentina de
fútbol en el campeonato mundial habrá acciones de promoción en góndolas de alimentos
y bebidas argentinos. En tanto, en estos días, en la misma línea, una treintena
de empresas de alimentos está accediendo a negociar productos en Wal-Mart en México.
La promoción, así, trabaja en los agroalimentos como "producto ampliado" (no sólo en el producto básico, sino en sus calidades, las características distintivas susceptibles de ser exhibidas y el trabajo sobre atributos comunicables).
Adaptarse al mundo
Asimismo, se busca avanzar en la generación de marcas comerciales, de relaciones
estables con bocas de venta, de comunicación en el nivel internacional,
de desarrollo de canales de comercialización lo más directos posibles y
de asociaciones espontáneas entre interesados en generar identidades de origen
que van detrás de las marcas. Esta experiencia, que ya se implementó en Auchan,
en Francia, o en el Palacio de Hierro, en México, tiene previstos otros capítulos
inmediatos, como el referido a El Corte Inglés, en España.
La promoción de alimentos argentinos, por lo tanto, avanza adaptándose
al mundo que cambia, generando valor, que es algo que consiste en mucho más que
mejorar las calidades tangibles de los productos básicos, y vendiendo estrategias
comerciales, que es más que vender productos.
Diario La Nación