El sector exportador tucumano sufre por la falta de transporte para trasladar sus producciones. Cumplir con los acuerdos es vital para mantener los mercados europeos. No hay dudas de que 2006 será un año para el olvido para muchos productores y exportadores de limones. La crisis que agobia a los actores de este importante sector de la economía tucumana tiene su origen en la escasez de demanda de fruta fresca argentina en los principales mercados del mundo, motivados por un excedente en la oferta del limón y de otros cítricos de origen español, principal competidor de los frutos argentinos.
La carga de pesimismo se reparte pareja entre los componentes de la cadena y, si bien los productores podrían ser los más afectados por la situación, los exportadores tienen mucho por arriesgar para poder colocar la fruta procesada y embalada (con un gran valor agregado), entre los consumidores del mundo.
Los riesgos de no cubrir sus costos, a raíz un deprimido mercado internacional, son elevados. A nivel global, finalizada la semana 20 del calendario exportador (15 al 21 de mayo), el país había exportado 46.810 pallets menos de cítricos respecto de igual fecha de 2005. Las mermas más significativas fueron de los limones, con 31.974 pallets menos y los pomelos con algo más de 12.000 pallets menos.
Si bien las mandarinas también registraron una disminución en relación con 2005, es insignificante. En el caso de las naranjas, el grueso de los envíos al exterior comenzarán recién en junio.
Según Federcitrus (Federación Argentina del Cítrus), durante la semana 20 los envíos de limones sumaron 10.694 pallets y llevan un acumulado en 2006 de 51.429 pallets, cifra inferior a los 83.403 que se enviaron al mundo a igual fecha del año pasado.
En la última semana, el clima jugó a favor de la cosecha de limones ya que el tiempo seco y soleado benefició a los operarios que pudieron salir a recoger los frutos del campo. El despliegue de todos los productores y exportadores locales fue incesante. Fueron cientos los camiones que cruzaron las rutas tucumanas llevando la producción del campo hacia los empaques y fábricas locales para su proceso. Pero este “veranito” tuvo también sus puntos oscuros, ya que la actividad se vio afectado de manera significativa por la falta de gasoil, en varios puntos de la provincia, y perjudicó a todas las actividades agropecuarias.
Esta situación originó una escasez en las unidades motoras –camiones- para trasladar la producción hacia los principales puertos del país. Esa escasez fue preocupante esta semana para muchos exportadores. Algunos perdieron los barcos por no haber podido llegar a tiempo al puerto.
Es un hecho que la cantidad de unidades de transportes disponibles en la región suele ser insignificante durante mayo y junio, cuando el grueso del agro local se motoriza ante el inicio de la cosecha de caña de azúcar, la de soja y la de maíz, la de cítricos y por el desplazamiento de los productos hacia los principales mercados y puertos del país.
En este marco, es el ferrocarril el transporte que debería jugar un rol fundamental. Todos los productores opinan sobre la necesidad de reactivar el Belgrano Cargas y de una mayor capacidad operativa por parte del Nuevo Central Argentino. El grueso de las inversiones en infraestructura vial y ferroviaria aún no se realizaron y sería conveniente que el Estado retome esta materia pendiente como un gran desafío en el corto plazo, para poder colocar lo que el mercado demanda en el momento solicitado.
La campaña de limones está en la mitad de su camino y, los problemas que deben sortean los exportadores locales, crecen día tras día. No obstante, a pesar de los precios bajos se envía la producción, en el convencimiento de que hay que mantenerles la provisión a los principales clientes del limón tucumano, que tanto costó conquistarlos. La situación actual es de una enorme inversión, para no perderlos.
Por Ernesto José Caram
La Gaceta de Tucumán