Lejos del contenedor y más aún de los transportes tradicionales que ayudan a llevar lo producido a otros países, con el teletrabajo -a distancia, por medio del uso de nuevas tecnologías de la información y la comunicación-, el suministro transfronterizo de servicios crece sin pausa en el mundo, y en nuestro país comienza a ser foco de atención y de investigación. Sucede que, frente a esta novedosa manera de exportación de teleservicios, entendidos como bienes intangibles o productos intelectuales, en la Argentina hay mucho por explorar para transitar este camino digital que, según los especialistas, promete buenas perspectivas si se acompaña con políticas oportunas.
Ante la escasez de datos y estadísticas oficiales sobre el tema, el proyecto
Exportación de Teleservicios para la Inclusión Sociolaboral de América Latina
y el Caribe (ETIS-LAC) -dirigido aquí por la Comisión TIC de la Asociación Argentina
de Usuarios de la Informática y las Comunicaciones (Usuaria)- busca crear un registro
de información para que con estrategias adecuadas se pueda facilitar la creación
de fuentes de trabajo a través de la exportación de servicios brindados por
Internet.
"En general, a los gobiernos les cuesta organizar esta actividad para que sea
un producto exportable. Y como los teleservicios se realizan a distancia,
la gente que los brinda -la mayoría profesionales autónomos- está dispersa y,
en consecuencia, también lo está la información. Entonces, apuntamos a reunirla
para determinar la oferta exportable, pero también la demanda potencial
de ese tipo de servicios en el exterior", precisó Sonia Boiarov, directora
del proyecto, presidenta de TIC y directora del Centro de Teletrabajo de la UBA.
"Más allá de la industria del software, a la que se le dio más aliento,
buscamos que las políticas también empiecen a sumar a los teletrabajadores
que en la Argentina y América latina tienen un gran caudal de conocimientos aprovechables
y exportables", agregó, durante un seminario sobre exportación de teleservicios,
organizado recientemente por TIC.
Si bien en nuestro país no hay datos precisos sobre la cantidad de teletrabajadores, parece que el número viene en franco aumento. "Se estima que existen 900.000 oficinas en hogares, el triple de las registradas en 2003, según estudios realizados por la consultora Carrier", dijo Boiarov.
De acuerdo con datos provisorios del proyecto ETIS-LAC sobre una muestra de 500
teletrabajadores, el 71% brinda sus servicios para empresas y clientes
de nuestro país y el resto lo hace principalmente para Europa -sobre todo España
(10,5%)-, Estados Unidos y Canadá (9%), y América latina y el Caribe (3, 8%).
Jurídico y fiscal
"Para la exportación de teleservicios hay que tener en cuenta una serie
de consideraciones, como las establecidas por la Organización Mundial de Comercio
o por los tratados puntuales que hacen los gobiernos", advirtió la especialista.
Es que durante el seminario, las cuestiones jurídicas e impositivas fueron
los principales temas de consulta por parte de los asistentes, interesados en
averiguar además sobre cotización de servicios, modos de cobro y formas de contratación
internacional, entre otros puntos.
Amplio, el universo de profesionales que brindan sus conocimientos por Internet
abarca desde perfiles informáticos, pasando por traductores, consultores, periodistas,
profesores, correctores, encuestadores, analistas de datos y hasta secretarias
virtuales, médicos y arquitectos. Pero, según Boiarov, "los teleservicios que
más se exportan actualmente son los vinculados con las tecnologías, como programación,
diseño y contenidos".
Por Raquel Saralegui
Suplemento Comercio Exterior - Diario La Nación