Si la paridad entre el peso y el real se mantiene, las relaciones comerciales entre la Argentina y el Brasil se verán favorecidas, según consideran economistas, analistas, funcionarios y algunos empresarios. Sin embargo, aclaron que esa no es la única condición necesaria para que el intercambio comercial crezca sustancialmente. De seguir cotizando casi en valores similares (ayer el peso cerró a 3,34 y el real a 3,298) es posible que las ventas argentinas al socio mayor del Mercosur superen este año los US$ 4728 millones alcanzados en 2002.
Para el secretario de Industria, Dante Sica, la paridad peso-real "es muy positiva para aumentar el nivel de ventas a Brasil", aunque aclaró que era "necesario que se recuperaran el nivel de producción y demanda para que ambos países mantuvieran un comercio más fluido".
En este sentido, Carlos Pérez, economista de la Fundación Capital, destacó que era necesario que ambos países definan una política económica sustentable. "También es importante el crédito y que haya estabilidad y capacidad de inversión en el aparato productivo", explicó.
Coincidentemente, el director del Comisión Económica para América latina (Cepal), Bernardo Kosacoff, dijo que la estabilidad cambiaria constituye "una condición necesaria, pero no suficiente" para favorecer el comercio exterior, porque se necesitan también inversiones, mano de obra y el desarrollo de estrategias de crecimiento en el largo plazo.
- Cotización estable
El director del Centro de Estudios Bonaerenses (CEB), Juan Zavala, subrayó la intención de ambos países para mantener una cotización estable con respecto al dólar, pero advirtió que si se producía "la renegociación de los servicios o un aumento de los salarios, los costos de las industrias exportadoras se verán afectados".
Tanto para el Gobierno como para el sector exportador resulta tentador pensar que la economía argentina se volverá más competitiva si se mantiene un tipo de cambio alto.
Un directivo de Fiat dijo que esta paridad no era ventajosa para la empresa pero que la situación mejoraba para la producción de autopartes.
El presidente de la Cámara de Exportadores de la Republica Argentina (CERA), Enrique Mantilla, subrayó que con esta paridad importa "qué va a pasar con la exportación a terceros mercados en los que ambos países compiten". Una visión similar tiene el director de Quickfood, Miguel Gorelik, el frigorífico que este año tuvo ventas por unos 4,5 millones de dólares a Brasil.
Los empresarios se inclinan más por definir una estrategia de crecimiento que por depender del comportamiento del precio de la moneda. "Estamos tratando de no sufrir el impacto de los vaivenes del tipo de cambio con un plan de largo plazo de desarrollo de mercados", expresó Alejandro Panghini, gerente comercial de las Bodegas Salentein, que prevé para este año incrementar sus ventas a Brasil en un 60 por ciento.
Algunos economistas como Pérez enfatizan la necesidad de un tratado de convergencia económica para lograr el crecimiento de la economía. Otros sostienen que el factor clave es que Brasil crezca. "Con este tipo de cambio no vamos a tener dificultades para exportar productos siempre que la economía brasileña lo demande", señaló Zavala. Sin embargo, en este punto también existen dudas. "Brasil creció muy poco este año y no creo que crezca demasiado su nivel de actividad", dijo Mantilla, y explicó que por eso "no prevén que haya grandes flujos comerciales entre países", pero sí algunas mejoras sectoriales.
Por María Josefina Grosso
Fuente: Diario La Nación