El comercio exterior de medicamentos es un proceso diferente al de la exportación de cualquier otro bien nacional. Sin embargo, crece año tras año. La exportación de medicamentos no es empresa sencilla. Colocar productos nacionales en el exterior exige atender variados requerimientos: por ejemplo, las barreras regulatorias establecidas por las autoridades económicas y sanitarias, contar con el tiempo y los fondos suficientes para afrontar la inversión y una óptima cadena comercial. Previamente se necesita también vencer las barreras locales, es decir cumplir con las reglamentaciones fijadas por las autoridades tendientes a asegurar la calidad de los medicamentos que han de enviarse al exterior. No siempre estos trámites son sencillos de realizar y su obtención demanda meses de esforzadas gestiones.
En suma, el comercio exterior de medicamentos argentinos es un proceso diferente al de la exportación de cualquier otro bien o servicio producido en el país. Es un proceso de largo alcance, ya que las exportaciones presentes son el resultado de un trabajo previo de más de dos años de esfuerzos combinados ante las autoridades gubernamentales en el país y en el mercado de destino de los medicamentos, para obtener las habilitaciones y permisos de comercialización.
Más ventas en el exterior
La Argentina exportó en el año 2004 medicamentos por valor de 350 millones de dólares. De ese total, el 34% correspondió a operaciones de exportación de laboratorios farmacéuticos argentinos y el 64%, de origen extranjero. Por su parte, el ranking de las primeras veinte empresas exportadoras del sector se integra con doce laboratorios multinacionales y ocho de capitales nacionales. Están en esta lista, entre otros, Gerardo Ramón y Cia; Laboratorios Bagó SA; Roemmers S.A.; Gador S.A.; Laboratorios Dr. Lazar y Cia S:A; Monte Verde S.A. y Bio Sidus.
En efecto, si tomamos como base 1992, se observa que las exportaciones de medicamentos crecieron siete veces mientras que las exportaciones totales de Argentina crecieron casi tres.
Las cifras del ejercicio 2005, de acuerdo con cifras del INDEC, durante los primeros ocho meses del año las exportaciones de medicamentos crecieron sólo 1% (3,5 millones de dólares), es decir que prácticamente se mantienen los mismos niveles exportados del año anterior. Las predicciones finales para el 2005 anticipan una cifra próxima a los 380 millones de dólares, una mejora del 8% con relación a 2004.
Oportunidades y acechanzas
¿Es mucho o es poco contar con una industria farmacéutica que exporta por 350 millones de dólares? La respuesta no es sencilla. En principio, comparando ese valor con el comercio internacional de medicamentos, que es del orden de los 125.000 millones de dólares anuales, la cifra exportada por los laboratorios argentinos se revela ínfima.
Pero la evaluación cambia si uno coloca el eje en valorar cuánto representa una tonelada de medicamento exportado: los mil kilos de remedios rondan un precio aproximado de entre 100.000 y 250.000 mil dólares, dependiendo de la naturaleza farmacológica del producto exportado.
Frente a estas cifras surge de inmediato la comparación con el valor por tonelada de los commodities agrícolas, que en promedio giran alrededor de 170 dólares. Queda claro la necesidad de impulsar una acción estratégica pública y privada, destinada a fortalecer el comercio exterior de medicamentos.
Por ejemplo, las barreras aduaneras internas de corte para-arancelario que afectarían a las exportaciones, incorporadas por la última reforma del Código Aduanero y que exceden los estándares acordados por la Argentina en el marco de las regulaciones de la OMC, lo que constituye un claro retroceso para cualquier proceso de crecimiento de las ventas externas de medicamentos de producción nacional.
Cabe señalar el curioso caso de los reintegros de exportación de medicamentos terminados, que fueron fijados sólo en el 2,5% de su valor F.O.B, cuando otros bienes de menor valor agregado, por ejemplo las perchas de madera o los palitos para helados cuentan con un 5% de reembolso, o las jaboneras de plástico y las gomas de borrar tienen el 6%.
Tenemos una oportunidad inmejorable para potenciar una industria nacional, con más de cien años de historia sin subsidios ni prebendas estatales, empresarialmente competitiva y al servicio de los consumidores argentinos, con productos de calidad a precios accesibles.
Es de desear que el Estado decida considerar al sector farmacéutico nacional como estratégico y lo contenga con una política industrial específica, estimulando las inversiones, las exportaciones, promoviendo medidas financieras y laborales que favorezcan la contratación de investigadores y científicos locales. Y un objetivo claro para 2006: que el volumen de las exportaciones de medicamentos superen los 400 millones de dólares y la participación de los laboratorios argentinos siga creciendo. Están dadas las condiciones para lograrlo.
Por Eduardo Franciosi. Director Ejecutivo de CILFA.
Diario Clarín