El cuero de yacaré negro cotiza a unos 30 dólares en el exterior. El del yacaré overo -la otra especie que crece en el país- se paga 50 dólares. La transformación del yacaré en billetera de lujo hace engordar unas cuantas billeteras. Pero como hay animales de por medio hay que combinar economía con ecología. "Vendimos a Singapur, Italia, los EE.UU. y México", explica Eric Silberstein (50), dueño del criadero Caimanes de Formosa. De ese lugar ya se exportaron más de dos mil cueros. a Japón, lo que equivale a US$ 80.000.
"Nunca había encontrado en el país alguien que desarrollara un método de crianza que fuera sustentable", explica. Así que después de buscar se contactó con Alejandro Larriera, que llevó adelante un criadero experimental en Santa Fe.
Con una inversión de 250.000 dólares y con el asesoramiento técnico de Larriera, Silberstein levantó el criadero en Formosa y logró pasar la experiencia de Santa Fe a una escala comercial. "Criamos 35.000 animales. Estamos entrando en el tercer año pero recién a los cinco años estos emprendimientos tienen una producción contínua -dice-. Lo más duro son los dos primeros años cuando no hay nada para vender y hay que alimentar y cuidar a los animales".
¿Cómo es el método que encontró Larriera para usar el cuero y la carne de los animales sin que la gula por los billetes verdes lleve a la extinción de los bicharracos verdes?
El proceso empieza con la recolección de los huevos de los yacarés, que se llevan a las incubadoras.
Los cocodrilitos pasarán los próximos diez meses comiendo y engordando en un ambiente protegido. Cuando estén listos, entre el 10 y el 15 % de ellos volverá a la naturaleza. El resto irá al frigorífico y su cuero se exportará para el mercado de lujo. El animal se transformará en una cartera, una billetera o un par de zapatos exclusivos.
"El yacaré tiene una descendencia muy elevada pero frágil. En su hábitat, de cada cien huevos nacen entre treinta y cuarenta individuos. Y de los que nacen, sólo diez llegan al año", explica Larriera, director técnico y científico de Yacaré Porá, un criadero en Corrientes que está en su primer año de crianza.
Mientras están en el huevo, la muerte se produce por predación. Pero también los matan las grandes lluvias y las altas temperaturas.
La vida del caimán no es fácil. Al nacer miden sólo 22 centímetros y pesan 40 gramos así que son una presa fácil. "Al devolver a la naturaleza el 10 % de lo que nace en incubadoras devolvemos mucho más de lo que hubiera sobrevivido. De los que se cosechan, nace en la incubadora el 95%. Con nuestro sistema de crianza, la mortandad durante primer año de vida es del 2 al 4%", dice Larriera.
"Todo esto lo comprobamos desde hace 5 años. Y presentamos trabajos científicos que fueron publicados en el Ornitological Review. Hoy en día, en Santa Fe estamos encontrando hembras reproductoras que fueron liberadas en 1995".
En Yacaré Porá los primeros animales para ser aprovechados comercialmente van a estar disponibles a mediados de este año.
Y recién en julio de2.007 habrá volumen para exportar.
Los tres criaderos, el de Santa Fe, Yacaré Porá y Caimanes Formosa, tienen una alianza estratégica para la apertura de nuevos mercados y para las ventas. "Porque en artículos de lujo es una ventaja tener volumen para uniformar los lotes", explica Silberstein, que además de ser dueño de Caimanes de Formosa tiene una "pequeña participación" en Yacaré Porá.
Su criadero de Formosa todavía no vende carne. Están esperando la aprobación del Senasa para empezar las primeras exportaciones al mercado europeo y brasilero.
Por Cecilia de Castro
Diario Clarín