Unas 30.000 pymes están analizando la posibilidad de entrar al negocio exportador como solución a la retracción de sus ventas y también para intentar aprovechar el tipo de cambio más alto. Según la Cámara de Exportadores, ese número triplica el promedio de pymes que tradicionalmente exportan hasta 50 mil dólares anuales y cuyas primeras operaciones de 2002 recién comenzaron a concretarse en el segundo semestre, a causa de la crisis financiera. Como estrategia y con el objetivo de unir fuerzas, este año —con mayor recurrencia que en los 90—, las pymes exportadoras comenzaron a agruparse para intercambiar información, compartir recursos y achicar costos.
En ese sentido, unas 30 pymes en condiciones de exportar ya integran la Red Exportar, una iniciativa del Gobierno de la Ciudad de Buenos Aires. Exportan desde servicios profesionales de arquitectura hasta lubricantes y grasas para autos.
"Cerramos operaciones con Bolivia y México y estamos a punto de hacerlo con Paraguay y Chile. Además estamos en tratativas con España, Marruecos y Uruguay", detalló Francisco Vardé, titular de JVS Interamericana, una firma de lubricantes para autos que integra la red.
A lo largo de este año las ventas por unidades de la firma cayeron 70%, lo que impulsó a sus dueños a apuntalar sus estrategias exportadoras y desembarcar en nuevos destinos. "Las misiones comerciales nos abrieron un abanico muy importante de contactos", señaló Vardé. Luego, añadió, "la asociación con otros exportadores es una fuente de información y un espacio donde intercambiamos experiencias".
Con relación a las misiones comerciales otro integrante de la red, Federico Aja Espil, socio de Aja Espil-Cobelo, un estudio de arquitectura que hace seis años se lanzó al mundo en busca de nuevos nichos de mercado, manifestó que las claves para aprovechar una misión al exterior son: "conocer muy bien el perfil de las empresas que se visitarán y agregar contactos propios a la agenda oficial". Detalles que son importantes en tanto "una misión comercial bien organizada equivale a cinco viajes al mismo destino".
Para Elvio Baldinelli, vicepresidente de la Cámara de Exportadores, quien desde hace más de seis años desde la Fundación BankBoston —y en los últimos tres años también con el apoyo de la Fundación Exportar— impulsa la formación de grupos de comercio exterior para pymes locales, asegura que en la actualidad "la tendencia es la agrupación" porque de esa forma "la gestión resulta más fácil y más económica". Sobre este punto, detalló, "un grupo de exportadores puede contratar a un consultor, comprar materias primas y contratar un stand en una feria solventando todos éstos gastos colectivamente".
Respecto de los beneficios de estas asociaciones, Paulo Fernández, gerente general de Belforte, una fábrica de componentes de conectividad para telecomunicaciones, ilustró con un ejemplo. "Nosotros nos complementamos con una de las empresas de la Red que fabrica productos similares a los nuestros pero que se dirige a otro segmento", aseguró.
Con todo, pese a que los empresarios coinciden en haber hallado en la unión una táctica para alcanzar sus metas, aún la mayoría de estos proyectos de asociatividad son jóvenes y lo mucho o poco que puedan realizar juntos, aún está por verse.