Desde el año pasado, tres integrantes del Grupo Exportador San Justo, de Córdoba, comenzaron a incursionar en la exportación de reinas, un negocio poco extendido y que permite complementar la dinámica de la producción de miel. A finales de la cosecha de 2005, se logró la colocación de 1.500 abejas en Francia. “Fue por un contacto en Australia, pero es un tema complejo, porque la reina tiene que viajar con tres o cuatro nodrizas”, señaló Raúl Monteverdi, quien participa del grupo junto a sus hermanos Daniel (de la firma Apidan) y René (asesor técnico).
La exportación, que reporta 12 dólares por cada reina, también involucra a Colmenares La Esperanza, la cabaña de Ricardo Platé, quien cuenta con el criadero y aporta la genética apícola. Este año, en tanto, tienen prevista la colocación de otras 5.000 reinas en Libia.
“La operación a Francia fue complicada, porque coincidió con un paro de Senasa. El embarque tiene una vida útil de 72 horas, por lo que hubo que reingresarlas a un núcleo hasta que se pudo enviarlas. Después, en Francia, no se permitió el ingreso de las nodrizas, y el cliente tuvo que sacar a las reinas una por una”, comentó Monteverdi.
Al respecto, el área técnica de Senasa advirtió que el problema de los embarques que llegan a Europa es que deben cambiar todas las nodrizas de origen por nodrizas propias del país de destino, una operación impracticable cuando se trata de partidas mayores a 500 reinas.
En abril del año pasado, en tanto, la Cabaña Apiario “Pedro J. Bover”, del paraje Colonia El Salado, en la localidad bonaerense de General Belgrano, también exportó 250 reinas fecundadas al Líbano, a través de la firma Parodi Apicultura. La intención del importador fue formar “pie de colmenas” con las hijas de la especie Apis mellífera ligustica.
Marca propia
Otro de los objetivos que el Grupo Exportador San Justo persigue a mediano y largo plazo es ampliar y consolidar las operaciones de miel fraccionada, y alcanzar la meta de exportar con marca propia. Incluso, no descartan ampliar la oferta con productos que fusionen avellanas, nueces, almendras o frutillas.
“Hace cuatro años que venimos vendiendo muy bien, y todas las campañas recibimos visitas extranjeras. Nuestro clientes saben que podemos garantizar la trazabilidad del campo a la góndola. La idea es ganar mercados para exigir mejores precios a cambio de mayor valor agregado”, explicó Platé.
La Voz del Interior