Durante 2005 Argentina tuvo récord de ventas al exterior, superando los 40.000 millones de dólares, una meta que era poco menos que impensada hace muy pocos años, cuando los alimentos tenían un valor que no se ajustaba a la realidad, siendo manipulados los precios internacionales por las grandes corporaciones de Estados Unidos y el oeste de Europa. La aparición en el escenario del comercio mundial de China, y también de países de Medio Oriente e incluso del norte de Africa, introdujeron una modificación sustancial, acabando con la anterior metodología impuesta por los poderosos, permitiendo a países como la Argentina obtener valores ajustados a la realidad por los productos vendidos.
No por nada las compañías agroindustriales y cerealeras, junto a las petroleras -un elemento de altísima demanda en el mundo- fueron las que captaron las mayores ventas, ya que sólo 20 empresas de esos rubros concentraron 19.632 millones de dólares del total vendido, quedándose con el 44 por ciento.
Al tope de la estadística se ubicó la cerealera Cargill con 2.293 millones de dólares -el 5,1% del total de las ventas argentinas-, mientras que ahí nomás, en la segunda posición, quedó la petrolera YPF con 2.229 millones por la exportación de sus productos, siendo tercera otra cerealera, Bunge Argentina con 2.098 millones de la divisa estadounidense, siendo las tres corporaciones que superaron la línea de los dos mil millones, ubicándose posteriormente otras cerealeras como Dreyfus con 1.380 millones, Aceitera General Deheza con 1.360 y Vicentín con 979 millones de dólares.
Estos datos marcan una realidad: la estructura exportadora argentina, aún habiendo incorporado una tecnología que permite incorporar importante valor agregado en algunos rubros, continúa siendo esencialmente de productos primarios.
En total, durante el año pasado hubo 14.973 empresas que vendieron productos al exterior, pero 25 de ellas concentraron la mitad de las exportaciones, lo cual muestra en consecuencia una elevada concentración en unas pocas corporaciones, tal como queda muy claro en las menciones antes referidas.
Si el análisis se hace aún más ampliado, tenemos entonces que las primeras 100 empresas de la estadística de ventas vendieron por 31.280 millones de dólares, es decir, el 70% del total, mientras que si se extiende a 500 firmas, entonces tenemos que se quedaron con el 90% merced a sumar 40.217 millones.
En consecuencia, otras 14.400 pequeñas empresas exportaron por unos 4.000 millones de dólares, que con cifras empequeñecidas en comparación con las anteriores, se trata de un aspecto sumamente positivo y de considerar favorablemente, pues está dando cuenta de un amplísimo abanico de pequeñas empresas que incursionan con sus ventas al resto del mundo, contándose entre ellas cientos de emprendimientos familiares que sustentan las economías regionales, encontrando así sostén en los momentos en que declina la perspectiva del mercado interno.
Dentro del análisis que se hace de todo este panorama de las exportaciones argentinas, abarcando todo un año, tanto con la composición y desglose de las corporaciones como del origen de productos y sus correspondientes volúmenes, advierte que disponer de una estructura exportadora concentrada en commodities no es lo mejor porque los precios son establecidos internacionalmente, dependiendo en gran medida de las condiciones climáticas, y por ello, inestables.
Aunque, estos últimos años, justamente esa situación fue la que nos favoreció notoriamente, si bien no quita, que en otra circunstancia pueda desfavorecernos.