En América latina, la Argentina es el segundo consumidor; las exportaciones, que en 2004 alcanzaron los US$ 3,5 millones, aumentarían un 15% al cierre del último año. El sector creció en la década pasada, se detuvo durante la recesión, y mostró sus peores resultados en 2002, con la devaluación. Desde entonces, se recupera al ritmo del crecimiento de sus principales clientes: las industrias alimentaria, automotriz y de la construcción. Es que las autopartes; los envases para alimentos, medicamentos y cosméticos; las tuberías, conexiones y perfiles para la construcción, son sólo algunos de los productos fabricados por las más de 2200 empresas, en su mayoría pequeñas y medianas, que componen el sector del plástico.
“En los últimos años la producción aumentó en todo el mundo por un cambio en los hábitos de consumo, el auge del supermercadismo, que demanda envases livianos, fáciles de manipular e irrompibles, y también por las diversas aplicaciones del plástico, que fue reemplazando a materiales como la madera, el vidrio y el aluminio. En los 90, en la Argentina se realizaron inversiones en bienes de capital que modernizaron el sector y mejoraron la productividad”, indicó Oscar Sánchez, gerente de la Cámara Argentina de la Industria Plástica (CAIP).
Bélgica, Estados Unidos, Alemania y Taiwan son los países con mayor consumo de plástico. En América latina, la Argentina es el segundo consumidor con 31,5 kilos por habitante en 2004. Para este año, la CAIP estima un crecimiento de la producción del 12%, mientras que las exportaciones -que el año pasado alcanzaron los US$ 269 millones- aumentarán un 15%.
Envases y productos semielaborados, como placas y láminas, son las principales exportaciones del sector. En el caso de los envases, cerca del 30% de lo fabricado se envía al exterior.
“A fines de los 90 el mercado estaba estancado, y con la devaluación las ventas cayeron el 30%. La salida era aumentar las exportaciones, y si bien ya llegábamos a los países de la región, se empezó a mirar otros mercados”, explicó José Luis Passerini, director de Desarrollo de Bandex. Creada en 1962, con plantas en Buenos Aires, San Luis y Brasil, las exportaciones de la empresa alcanzaron los US$ 3,5 millones en 2004 y prevé superar los US$ 4 millones este año. Bandejas, potes y diversos envases de la firma se comercializan en Estados Unidos, Alemania, España, Chile, Sudáfrica e Israel, entre otros.
Cuando sale al exterior, Bandex complementa algunos de sus envíos con artículos de otras compañías. Una de ellas es Cotnyl: “También en las ferias internacionales varias empresas se unen para compartir un stand y ofrecer líneas de productos que se complementan”, indicó Eduardo Borrescio, gerente de Exportaciones de Cotnyl. Entre otros envases, la empresa produce bandejas de polipropileno, que soportan temperaturas de 130°, y de CPET, que toleran unos 205° y se pueden llevar tanto al microondas como al horno. “En los mercados del exterior competimos con diseño, y una de las ventajas es contar con matricería propia, lo que nos permite desarrollar productos a pedido de los clientes”, señaló Borrescio. Cotnyl llega a Italia, España, Chile, Uruguay, Estados Unidos, Sudáfrica y Nueva Zelanda, entre otros, y las exportaciones del año pasado crecieron un 30% respecto de 2003.
Construcción
Las materias primas que utiliza el sector del plástico provienen de la industria petroquímica: polietileno, polipropileno, poliestireno, tereftalato de polietileno (PET) y policloruro de vinilo (PVC), son algunas de ellas. La mayor parte de la producción de PVC es absorbida por la industria de la construcción, que multiplicó sus compras en los últimos años. En el país, el principal proveedor de PVC es Solvay Indupa. “El mayor consumo se registró en 1998 con 150.000 toneladas, a partir de allí comenzó a decrecer y en 2002 cayó a 68.000 toneladas. Hoy estamos en un proceso de recuperación”, dijo Néstor Sánchez, gerente comercial de Solvay Indupa. El grupo tiene dos plantas en el Mercosur: en Bahía Blanca, Argentina, y en Santo André, próximo a San Pablo, Brasil.
El 45% de lo producido en Bahía Blanca se exporta, y el principal destino es Brasil, seguido de otros países de la región. También llega a China y Corea. Las exportaciones de Solvay Indupa se triplicaron en los últimos seis años: de 28.500 toneladas en 1999 a 82.000 que la empresa estima para 2005, por unos US$ 66,5 millones.
Los perfiles para ventanas es uno de los productos que Royal Technologies Mercosur realiza en PVC. La empresa también fabrica paneles que conectados entre sí y rellenos de hormigón permiten construir viviendas, escuelas, galpones, estaciones de servicio, entre otras aplicaciones. El 40% de la producción se exporta a Chile -en especial el sistema para construir viviendas-, Brasil, Angola, Sudáfrica y Polonia. En 2004, las ventas al exterior aumentaron un 20% respecto del año anterior.
Entre las empresas del sector que fabrican materiales para la construcción, Industrias Saladillo se especializa en tuberías de polipropileno para instalaciones de agua. “En el proceso de ir ganando nuevos mercados el producto fue evolucionando, se trabajó para obtener las certificaciones de calidad requeridas en cada país”, explicó Claudio Falcon, gerente de Exportaciones de Industrias Saladillo. El polipropileno utilizado para las tuberías y conexiones, sustituyó materiales como el cobre y el hierro, indicó Falcon. La empresa exporta a Uruguay, México, República Dominicana, Panamá, Estados Unidos y Emiratos Árabes, entre otros.
Con plástico también se fabrican artículos de librería, decoración y uso doméstico, muebles y diversos insumos para las industrias eléctrica y electrónica, además del agro. Por caso, IPESA produce bolsas de polietileno para almacenar granos y forraje: “Las bolsas resisten temperaturas extremas y en ellas se conserva la calidad de los granos almacenados”, dijo Carlos Puiggari, director de la empresa que vende en Brasil, Sudáfrica, Australia, Francia y España.
Para la industria del plástico, las materias primas representan entre el 50 y 70% del costo de producción, y la mayoría de las máquinas que utiliza provienen de Alemania e Italia. “La industria requiere una actualización permanente de equipos, hay un desarrollo continuo de nuevos productos. Por eso, si la maquinaria y las matrices se renuevan, y si el precio de las materias primas no se dispara, el sector seguirá creciendo. Claro que también depende de que se mantengan las actuales condiciones macroeconómicas y que no se desborde la inflación”, señaló Sánchez, gerente de CAIP.
Fuente Suplemento Comercio Exterior - Diario La Nación