Después de un 2005 complicado para la actividad citrícola, el nuevo año se presenta como un desafío lleno de incógnitas en cuant a la producción y comercialización. Lo cierto es que la mayoría de los cultivadores coincide en que no hay que abandonar las inversiones para mantener o mejorar la calidad y las condiciones fitosanitarias de la fruta, apuntando principalmente a la exportación.
Si abordamos el tema producción, no sabemos como se comportará el clima y cómo madurará la fruta. En mi campo, sólo en un día llovió 140 milímetros, así que no se sabe que ocurrirá más adelante”, señaló Jorge Palacios, consultor y productor privado de limones.
“Lo que sí está claro es que el 85% de la producción, por lo menos, debe destinarse a la exportación. Está visto que no es negocio ni el mercado interno ni trabajar para la industria. Hay que buscar nuevos mercados y organizar la venta al exterior para aumentar los niveles de fruta vendida a los mercados extranjeros”, agregó Palacio.
Por su lado, Andres Méndez, también productor limonero, consideró que la crisis del año pasado no se profundizó gracias a la calidad de la fruta de muchos productores. En este sentido, subrayó que toda la producción de calidad fue vendida al exterior y sólo faltó el acompañamiento de un precio más elevado para compensar el esfuerzo.
“Una gran cantidad de productores tiró la fruta fresca por la falta de calidad y por el bajo precio. Este valor no le permitió justificar su cosecha y las trabas para ampliar las exportaciones o acceder a nuevos mercados mundiales estuvieron del lado de los fuertes controles de calidad y sanidad que se hicieron”, agregó.
El crecimiento de las exportaciones revela que hay cultivadores que están en carrera y que ponen su esfuerzo al servicio de la calidad para ingresar a los mercados internacionales.
“En 2005, mi experiencia tuvo dos matices que hay que tener en cuenta. Por un lado, los productores que trabajaron en fruta para exportar, por suerte en su mayoría, y por el otro está el sector que sólo hizo fruta para industria. A los primeros no les fue tan mal y redondearon una campaña buena. Pero los segundos tuvieron un mal año dado, principalmente por los precios que fijó la industria”, remarcó Méndez.
En 2006, apuntó el productor, habrá que redoblar el esfuerzo para obtener fruta de calidad y así afrontar con cierta seguridad la nueva campaña, que se presenta con muchas incertidumbres.
Respecto de las inversiones, los productores pusieron énfasis en las pulverizaciones, como factor determinante para obtener calidad. “A la aplicación en época de pre-floración deberían sumarse repeticiones cada 45 días, hasta fines de marzo”, señaló Méndez.
En tanto, Palacios subrayó que en sus campos ya se hicieron tres aplicaciones, de las siete -como mínimas- que se requiere para llegar sin problemas hasta febrero o marzo.
Además, recomendaron mantener las quintas bien nutridas. Esto significa proporcionarle a los suelos y a las plantas los fertilizantes que se necesitan para lograr buenos resultados, que son una excelente calidad en fruta y también en las condiciones fitosanitarias.
En lo que respeta a la campaña de este año, Méndez opinó que los citricultores que solamente hacen fruta para la industria será un año muy complicado, ya que se calcula que habrá muchísima fruta. “De manera que lo único que nos queda es trabajar invirtiendo en las fincas y no caer en un descuido del monte frutal”, indicó.
Méndez reiteró que la única posibilidad de mantener una explotación como la citrícola es apostar a la exportación de fruta fresca y para ello hay que pelear en los mercados externos con muy buena calidad.
“Debemos trabajar fuerte para tener aprobadas todas las UP hasta el final de la campaña y tratar de empezar a programar la comercialización. Ese orden implica salir temprano al mercado con un plan acertado de cosecha y por ende de entrega por parte de los exportadores, para lograr buenos precios que sirvan para sostener a la actividad”, concluyó Méndez. Por su lado, Carlos Parravicini, titular de la Asociación Tucumana del Citrus (ATC), señaló en la publicación de la institución, que durante una reunión se analizó el futuro de la actividad en 2006, y que no hay dudas que pueden ser igual o más complicadas que en 2005.
El exceso de producción y la falta de buenos precios en general fueron temas analizados en la reunión, y además el titulas de la ATC destacó las exigencias cuarentenarias que deben cumplirse en origen y en destino, así como las de calidad.
Parravicini consideró en el encuentro, que el excedente que originará una mayor producción de fruta de exportación. así como la importante cantidad de stock de productos industriales que existen en este momento, crean un marco de incertidumbre para la campaña 2006.
Fuente La Gaceta de Tucumán