China se establecerá como el segundo mayor consumidor del mundo en el año 2014, sólo por detrás de EE.UU., gracias al aumento de la demanda de productos entre la cada vez más acomodada clase media, según un informe de la prensa local. El consumo casero de las familias chinas aumentará un 18 por ciento anualmente hasta el año 2014, frente a un 11 por ciento en el resto del mundo y el 2,1 por ciento en Estados Unidos, según el estudio del banco Credit Suisse First Boston.
Este cálculo se fundamenta en la previsible la expansión del 7 por ciento anual del Producto Interior Bruto chino y el aumento del 5,5 por ciento anual del consumo dentro del PIB, informó el rotativo "China Daily".
En 2004, el mercado de consumo chino era ya el séptimo del mundo en volumen total, por detrás de EE.UU., Japón, Alemania, Gran Bretaña, Francia e Italia.
"El consumo de algunos bienes como ordenadores personales superará al de EE.UU. en cuatro o cinco años, pero los grandes gastos, como viajes o automóviles requerirán más tiempo", declaró Jonathan Garner, director gerente de estrategia global del CSFB.
Las previsiones del banco suizo coinciden con los deseos del Gobierno chino, interesado en cambiar el modelo de crecimiento, actualmente dependiente de exportaciones e inversión extranjera, a uno liderado por la demanda nacional.
Aunque los ciudadanos chinos cada vez gastan más, el ahorro todavía es una de las prioridades de las familias chinas (26 por ciento del sueldo) ya que la falta de una red asistencial obliga a pagar la educación y cualquier intervención médica u hospitalaria, y pocos tienen pensión al jubilarse.
"El ahorro no se reducirá hasta que no se solucionen estos problemas", declaró Tao Dong, economista del CSFB, en relación al alto coste educativo y sanitario en el país.
En términos generales, los chinos gastan una cuarta parte de sus ingresos en alimentos, un 9 por ciento en ropa y un 8 por ciento en educación, según el estudio.
Las cifras per cápita del consumo en China van, sin embargo, muy por detrás de las de otros países, ya que el poder adquisitivo nacional es aún muy inferior al de las naciones desarrolladas (unos 1.200 dólares por persona y año). EFE