Santa Fe, Córdoba y Entre Ríos exportan cereales, oleaginosas, miel y carne; a pesar de la baja de la producción natural, aumentan los establecimientos que se dedican a este rubro. Si bien las producciones orgánicas tuvieron una leve baja durante la campaña 2003/2004, el mercado se muestra optimista para este año. Según datos del Senasa, si bien este año disminuyó la superficie cosechada y bajaron levemente las exportaciones, hubo un notable incremento en el número de explotaciones agropecuarias que entraron en el sistema. Y la región Centro, que tiene un peso fuerte en el volumen total de producción de orgánicos del país, no es ajena a la situación.
Santa Fe aumentó de 35 a 43 su número de establecimientos orgánicos, en una superficie de 4000 hectáreas; se especializa en la producción de cereales, oleaginosas y miel, que destina a exportación.
Córdoba, en tanto, va primera en la exportación de cultivos industriales con un 41%; el resto se compone de un 43% de aromáticas y un 7% de oleaginosas, distribuidas en 15.000 hectáreas. El último año pasó de 74 a 85 emprendimientos de este tipo.
Entre Ríos, por su parte, encabeza la actividad apícola orgánica de la Argentina y el 90% de su superficie orgánica está destinada a cereales y oleaginosas. Cuenta con unas 9000 hectáreas divididas en 64 unidades (en 2003 tenía 59) y logró exportar un 22 por ciento de frutas orgánicas producidas en su territorio.
Meseta
"La crisis de 2001 golpeó tarde a la producción orgánica, con respecto a otros sectores", analizó Patricia García, directora de Letis, certificadora de productos orgánicos. Por eso, "en 2004 se llegó a una meseta en el sector, que parecería que se está revirtiendo durante 2005".
El principal destino de las producciones orgánicas certificadas de la región es la exportación, cuyos destinos preferidos son la Unión Europea, Estados Unidos, Suiza, Israel, Canadá, Noruega, Rusia y Corea. Como contracara, según el Senasa, tuvo un retraimiento significativo. Un ejemplo de eso es el caso de miel orgánica de Entre Ríos, donde el 90 % de lo producido va para exportación.
"Nosotros trabajamos en función de la demanda y existe un gran nicho que está en crecimiento", explicó Marcelo Vorobiof, del Establecimiento Las Brisas, de Monte Vera, Santa Fe, que este año saca su primera cosecha de frutilla Camarosa congelada hacia Estados Unidos, y espera exportar 45.000 kilos. Este emprendedor, que cuenta con 44 hectáreas, piensa duplicar sus 2 hectáreas de frutilla e introducir brócoli y zapallo.
El desafío mayor para los productores es llegar al mercado internacional, pero la falta de una homologación entre las normas de la UE, EE.UU., Canadá y Japón, dificulta la comercialización en muchos casos.
Una de las estrategias para crecer que aplica Santa Fe es mostrar la producción en las ferias internacionales. Para ello, la Subsecretaría de Comercio Exterior y la Cámara de Comercio Italiana de Rosario acompañaron a 9 empresas productoras al 17º Salón Internacional de la Alimentación Natural, Salud y Ambiente, llevado a cabo en Bologna, Italia.
Certificación
"Quedó claro que los compradores exigen la certificación", dijo Rita Lassus, directora de Comercio Exterior del área sur de Santa Fe.
"La alta calidad de los productos argentinos y los precios competitivos abren oportunidades, pero el mercado europeo no sólo requiere que se vendan alimentos naturales, sino que éstos se ajusten a las tendencias de consumo. Además, hace falta una política de ayuda a los productores en transición, ya que el costo financiero es alto para los pequeños y medianos", finalizó la especialista Rita Lassus.
Por Alejandra Passarelli
Fuente Diario La Nación