Según Esteban Dómina, presidente del Banco de Inversión y Comercio Exterior (Bice), para tener una estrategia de exportaciones sustentable en el tiempo es necesario tener un tipo de cambio real competitivo, aprovechar las ventajas comparativas del país (identificando y fortaleciendo sectores competitivos), explorar nuevos mercados para diversificar los destinos, avanzar en la articulación de esfuerzos entre el sector Esta enumeración de Esteban Dómina, fué desarrollada en la presentación del Observatorio de Comercio Exterior que realiza la Cámara de Comercio Exterior de Córdoba (Cacec) en conjunto con la consultora MKT. La presentación de esta encuesta trimestral estuvo a cargo del presidente de Cacec, Ércole Felippa; el director de MKT, Gastón Utrera; y el especialista Gustavo Parino, en un evento coordinado por Juan Turello, de La Voz del Interior.
Dómina recordó la importante contribución de las exportaciones en el crecimiento económico de los dos últimos años, pero advirtió que en el mismo lapso, Argentina perdió participación en el comercio internacional.
Por otra parte, remarcó el optimismo cauteloso del sector exportador de Córdoba, puesto de manifiesto en la encuesta realizada por el Observatorio, que fue presentada ayer. La cautela está marcada por la percepción de las empresas exportadoras de una pérdida de competitividad hacia fin de año.
Esto tiene que ver no sólo con la disminución esperada del tipo de cambio real, sino también por temas como el aumento de los insumos y otros costos.
En cuanto al dólar, el funcionario consideró que debe ser sostenido por el Gobierno. “Después del proceso que sufrió el país sería lamentable que ese esfuerzo social no sea defendido”, dijo.
Dómina enumeró las líneas de crédito del Bice e hizo hincapié no sólo en la ayuda crediticia al momento de la exportación, sino al financiamiento de las inversiones que amplíen la capacidad de las empresas para exportar.
En cuanto a la visión del comercio exterior, en forma global, Felippa compartió las impresiones recogidas en el Observatorio: “Estamos bien, pero hay algunas luces amarillas”, consideró. En este sentido enumeró la preocupación por la pérdida de competitividad, la complicación de los aspectos normativos, los impuestos distorsivos, el tránsito de mercadería por los depósitos fiscales y el problema de los fletes.
Las empresas plantearon como problemas principales la dificultad para garantizar grandes envíos, los costos poco competitivos, las retenciones, la falta de experiencia propia en el comercio exterior y, en quinto lugar, la falta de financiamiento.
Fuente Diario La Voz del Interior