Así lo prevén para los próximos dos años los ejecutivos de Terminales Río de la Plata y Exolgan que disertaron en el segundo desayuno de actualización del año organizado por la Asociación Argentina de Logística Empresaria (ARLOG) el martes 12 de abril pasado en Buenos Aires. Sin embargo, los funcionarios de Bactssa y Murchison que completaron el panel señalaron que, sin una política de inversiones de largo plazo, “se va a perder carga”.
La introducción estuvo a cargo de Roberto Destéfano, miembro de la comisión directiva de ARLOG, quien trazó un diagnóstico de la situación del puerto de Buenos Aires. “Estamos ante un fuerte crecimiento en el comercio exterior y el puerto es un nodo clave dentro de la cadena intermodal. En 1998 se alcanzó el máximo de volumen operable y las terminales se preguntaban cómo iban a enfrentar el desafío. Después, esas inquietudes pasaron al cajón y ahora nuevamente afloran. El crecimiento de la carga general, en su mayor parte contenedorizada, fue de 25,5 por ciento en el 2004 en comparación con el año anterior”, indicó.
Es así que en la actualidad resurge la necesidad de encarar las demoradas modernizaciones en materia de espacios y equipos. A eso y a desafíos como las necesidades de dragado, los mejores accesos terrestres y acuáticos a las terminales, la demanda de líneas fluviales y las nuevas regulaciones sobre seguridad internacional se refirieron los expertos convocados por ARLOG.
Sergio Canadell, jefe comercial de Exolgan (terminal Dock Sud), inició su charla revelando las proyecciones que maneja. “Para el 2005 y 2006 prevemos un crecimiento de 13 a 15% (en el volumen operado)”, indicó. Y de inmediato pasó a dar cuento de los desafíos que estas previsiones presentan. “Tenemos que continuar incrementando la productividad operativa y operar buques de última generación, desarrollar el hinterland y su relación con el foreland y asegurar el cumplimiento de las nuevas normas de seguridad”.
La noción clave es aquí la competitividad frente a otros puertos de la región y del mundo. “Si no solucionamos el tema del calado y el ensanchamiento del canal, no vamos a poder atender la posibilidad de incorporar nuevos armadores y buques de mayor porte para mejorar las condiciones para las importaciones y exportaciones”, señaló. Y completó: “En la actualidad, el puerto no está considerado como una política de Estado y lo afectan dificultades de índole laboral y la inestabilidad en el sector del transporte”.
Luego fue el turno de Roberto Triay Cuestas, gerente comercial de Terminales Río de la Plata (terminales 1, 2 y 3 del Puerto de Buenos Aires), quien coincidió a grandes rasgos con el disertante que los precedió en la palabra. “El crecimiento estimado para el 2005 es de 8 por ciento. Hay un marcado incremento del mercado de cargas refrigeradas de exportación. Como consecuencia, el puerto quedó chico”, indicó. Y anticipó algunos proyectos de la concesionaria. “Vamos a fusionar las terminales 1, 2 y 3 y a desarrollar depósitos extraportuarios para contenedores vacíos. Resta trabajar en el lay out que se facilitará cuando seamos una zona aduanera”.
Entre los temas pendientes que amenazan con el desarrollo del puerto de Buenos Aires mencionó a “la actual dinámica del comercio y el mercado marítimo, la desregulación del tráfico de containers, la accesibilidad vial y ferroviaria, la apertura del cabotaje al tráfico internacional de containers y la profundización y ensanche del canal de acceso y el canal troncal”. Al respecto agregó: “La obligación del Gobierno es seguir con las profundización del canal, usando el dinero que proviene de las tasas portuarias”. No obstante, admitió que “nuestro interés es que bajen las tasas”.