El packaging es un factor determinante en la compra de alimentos entre los consumidores japoneses, según advirtieron especialistas de ese país. Aunque lo esencial suele ser invisible a los ojos, el consumidor no puede pasar por alto la forma en que se le presentan los productos. El diseño, la practicidad y el estilo de vida de los potenciales clientes son conocimientos necesarios para poder llegar a la góndola de un mercado que está en las antípodas, geográficas y culturales, de la Argentina.
Japón, al igual que muchas sociedades donde sobrevuela un aire de modernidad, ha sufrido cambios en su estilo de vida que a su vez impactaron en la presentación de productos. "Es muy importante conocer la tendencia del envase en el nivel mundial y para ello es fundamental conocer la población y sus costumbres", dijo el ingeniero y consultor de envases Mitshurio Sumimoto, en el seminario de tendencias de los envases en el mercado de Japón, organizado por el Organismo de Comercio Exterior de Japón (Jetro, en inglés).
Sumimoto señaló que la tendencia a tener menos hijos, la constitución de familias nucleares (de una sola persona), la comida solitaria y los matrimonios donde ambos trabajan son los cambios más importantes de la cultura japonesa. "Estas modificaciones impactaron en el consumo de productos y en su envase; se pasó a envolturas más pequeñas, a los alimentos preparados, a un mayor uso del horno de microondas y a un aumento de la dependencia de las comidas fuera del hogar", explicó.
Para el especialista, los cambios de hábito son un proceso continuo; es por ello que la planificación debe contemplar una renovación permanente de productos para mantener o incrementar los niveles de venta. Sumimoto agregó que el consumidor japonés es muy sofisticado y es necesario realizar un trabajo profundo para satisfacer esa necesidad.
Respecto de los envases, explicaron que en Japón hay un énfasis en el diseño universal, con caracteres animados, indicación de fácil apertura y la innovación de la escritura braille. Pero, además, hay un enfoque muy fuerte en la trazabiliad para garantizar la seguridad de los alimentos.
Verificable
"La mayoría de los productos tiene un código de barras que permite conocer desde el origen hasta el destino del producto. Pero algunos han incorporado de forma destacada un número de garantía de calidad que se puede verificar en la página web que indica el paquete", explicó Sumimoto. Según Hirotaka Sasaki, un experto con más de 40 años de experiencia en el envase, sostuvo que "el paquete tiene que tener una figura que sea fácil de reconocer, que le permita al consumidor identificar el producto en tres milésimas de segundo y agarrarlo. Lo tiene que distinguir enseguida y para eso es necesario conocer la necesidad del consumidor para diseñar el envase".
Aunque el consumidor repara en el buen contenido y en un buen envase, Sasaki destacó otro factor: la protección contra los microorganismos. Señaló que es necesario analizar la seguridad y sanidad del producto desde que comienza la producción hasta que llega la cliente. Según el especialista, un programa de perfeccionamiento de envases debe tender a reducir el deterioro por la luz y el oxígeno, prevenir las deformaciones y roturas, evitar que el cliente se lesione o se queme con el producto, mejorar la exhibición en los negocios y tener siempre en cuenta el cuidado del medio ambiente.
Por Federico Bosch
Fuente Diario La Nación