Hay precios récord y suba de exportaciones a otros destinos como el Norte de Africa. Si hasta hace poco los tambos cerraban por culpa de la soja ahora es exactamente al revés. Al menos en este sector, la taba se dio vuelta. Con la tonelada de leche en polvo en casi 2.300 dólares, un máximo histórico, la lechería ahora vuelve a ser negocio. Luego del derrumbe de 20% en la producción, ya se recuperaron los niveles dorados de los años 90 al alcanzar los 10.000 millones de litros al año.
En este nuevo escenario, La Serenísima anunció ayer que invertirá 10 millones de dólares para duplicar su producción, una estrategia que ya habían iniciado sus competidoras.
Y esto es solo el principio en un mercado mundial donde el súper euro está desplazando a exportadores como Holanda y Dinamarca: Argentina jamás embarcó tanto al exterior. Es el 24% de su producción, con envíos que superaron los US$ 400 millones en 2004, el doble que en 2003.
Pero si antes los destinos estaban limitados a unos pocos países de la región, ahora el grueso va a lugares más exóticos. Los países del Norte de Africa concentran el 20%.
Reestructurada la deuda, La Serenísima apuesta a producir más quesos y leche en polvo para exportar. Llevará la capacidad de secado de leche fluida de los 2,5 millones de litros actuales por día a 4 millones a fin de este año y 5 millones en el 2007. Una parte de la ampliación se concretará en Trenque Lauquen, principal zona lechera de Buenos Aires. Y aumentará 20% el procesamiento en la planta de General Rodríguez, que ya es la más grande de su tipo en Latinoamérica.
El último año, La Serenísima, de la familia Mastellone, exportó 40.000 toneladas por US$ 79 millones. El porcentaje aún es pequeño si se compara con sus ventas totales, que arañan los 1.350 millones de pesos. Pero la idea es reforzar la presencia en México, Venezuela, Brasil y los nuevos mercados como Argelia, Irak, el Congo, Marruecos, Nigeria, Senegal y Egipto.
"La idea es abrir nuevos destinos", dijo Pascual Mastellone. Los industriales auguran al menos tres años con buenos precios.
Por Silvia Naishtat
Fuente Diario Clarín